Requiem laico por mi gato

No pongo foto suya aquí porque no he podido hacerle hoy una tal y como lamentablemente era al final de su vida: escuálido, con una enfermedad prácticamente incurable del riñón y con un tumor en el cuello que no le dejaba comer normalmente. Con el poco pelo que le quedaba hirsuto y con aspecto desaliñado, Trostki, el hijo que tuve antes de tener un hijo, no se merecía obviar su presente y buscar una amable foto de su época joven: un gato lustroso, guapo para llevarse de calle a cualquier gata. Trostki se merecía el respeto de recordarle también cuando estaba hecho una ruina física.

Creo que a las pocas semanas de nacer, cuando mi ex lo trajo a casa, me adoptó como madre de la misma forma y en el mismo momento en que yo le adopté como hijo. Tal y como había visto hacer desde pequeño a las gatas con sus crías, le di unos topetazos suaves con la nariz en su entrecejo, gesto que, estoy seguro, les dice a ciencia cierta quién es ese ser que les trata tan amablemente. Desde entonces, siempre nos saludamos con ese topetazo, incluso cuando era ya un pedazo de gato rubio como se han visto pocos. Él mismo acudía por las noches a mi cama, se subía hasta mi cara y me saludaba con ese gesto cómplice de tanto tiempo. Así lo hicimos durante catorce años largos.

Ayer, miércoles, 12 de agosto de 2009, con todas las tripas revueltas, no tuve más remedio que llevarle a bienmorir por no verle seguir malmuriendo poco a poco. Le seguiré recordando, tanto si es viejito y hecho polvo, como si es lustroso joven y guapo, porque le quise de las dos maneras.

Comentarios

RGAlmazán ha dicho que…
D. Antonio le entiendo perfectamente. Me he levantado del ordenador y he ido a buscar a Misha, mi gata, para acariciarla y darle los buenos días.

Salud y República
Tanhäuser ha dicho que…
Querido Antonio, lamento la pérdida y le agradezco que pusiese fin al sufrimiento de un ser vivo que regaló tan buenos instantes a quienes le adoptaron.
Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Esa pena sólo la entiende quienes tenemos y amamos a los animales. He pasado varias veces por ese trance y verlos morir es tremendo. Pero piensa lo bien que vivió, y lo que os habeis divertido juntos.
Anónimo ha dicho que…
Cuanto lo siento Antonio, estoy convencido de que como me pasó con mi gata, la muerte de Trotsky te ha traido al recuerdo los buenos momentos que con él pasaste. Valgan ellos para amortiguar el mal trago.
Un abrazo
Antonio Rodriguez ha dicho que…
D. Antonio comparto su estado de ánimo. Yo también he visto obligado a dar una muerte digna a algunos leales compañeros y se como se siente uno cuando llega ese trance.
Un cariñoso abrazo solidario.
faidit ha dicho que…
Mi más sentido pésame. Los que convivimos con nuestras "mascotas"(¿?) te entendemos perfectamente.
Un saludo
Ciberculturalia ha dicho que…
Lo siento y entiendo su tristeza. Yo he tenido perros y se lo que supone separse de ellos. Un beso muy cariñoso
Caminante ha dicho que…
Pasaba a decirte que publiqué tu texto: Apuntes para un sainete... (+ AF) este 14 de agosto pasado

(Copiado del blog A este lado del Rubicón que lo publicó el domingo 28 de junio de 2009. "La bitácora de Antonio Flórez...

... y me encuentro que el día anterior -13- has publicado este otro dedicado a un gato con el que conviviste largo tiempo.
En casa lo hemos hecho con dos, los dos dados/regalados por otras personas, los dos "desaparecidos" en situaciones infaustas. El 1º a los 6 meses de edad -nos lo dieron al mes de su nacimiento- apareció muerto en casa -debió recibir un golpe-. Y el segundo, que estuvo con nosotros 9 años, no volvió. Ambos eran andorreros, como yo, les gustaba andar nuevos caminos, no soportaban los límites de nuestro patio. Desde el principio fueron libres.
Todo esto para decierte que... lo comprendo, comprendo perfectamente tu dolor. Te dio buenos momentos y él los disfrutó contigo. Bueno para ambos.
Un beso. Paquita
Carles Acózar ha dicho que…
Coño, Antonio, hube un gato negro llamado Lenin que sobrevivió a un salto desde el ático de nueve pisos, rebotando de hilo en hilo, y un pastor grifón llamado Trostky que me robaron tres veces y la última con éxito. Lo siento. Yo, al próximo colega que vindico a la señora y me mira mal, le llamaré Stalin, a ver si dura lo que el Josef y me entierra él a mí! Una lágrima solidaria. Carles.
Dacha ha dicho que…
Lo siento mucho,me consta cuánto le querias. Y tengo en mi casa dos fotos de el. Fué un gato feliz, ojalá todos los demás gatos tuvieran un hogar cálido y lleno de cariño como el que tuvo Trostki.
Antonio Flórez ha dicho que…
Veo ahora, a la vuelta de mis cortas vacaciones en el Pirineo, sus ánimos, condolencias y solidaridades. Bien sabe la mayoría de ustedes cuánto se agradecen, que es mucho.

Un abrazo para todos/as y el saludo de rigor.
-_- ha dicho que…
Quería decirle que lamento su pérdida. En los últimos años he pasado varias veces por momentos parecidos.

Ya sólo quedan un par de la última generación de los que han sido mis amigos, compañeros de piso y prácticamente familiares (aunque no lo fuesen "de sangre") no homo sapiens.

Saludos.