WaterBoxx: un invento demasiado barato
Éste podría ser uno de esos momentos que, años después, se recuerden como clave en la Historia, con mayúscula. El WaterBoxx del holandés Pieter Hoff reúne todas las condiciones, si su efectividad es la que nos cuentan, para nada menos que permitir salvar el planeta de uno de sus mayores peligros directos y de más de uno de los indirectos.
Y sin embargo no me ilusiona demasiado.
Verán ustedes, uno está harto de oír hablar de inventos maravillosos que iban a salvar a la Humanidad de los sucesivos peligros por los que ha ido atravesando en los últimos cien años. Recuerdo el motor de agua o el eléctrico para los vehículos (este último ahora vuelve a la carga), que inmediatamente suscitaron la ilusión de que se iban a poder dejar a un lado los problemas de contaminación inherentes a los motores de gasoil o gasolina. Pero todos coinciden en que los países productores de petróleo, las grandes corporaciones de la extracción y distribución del combustible y las empresas automovilísticas habían conformado una poderosa alianza que había arrinconado tan eminentes adelantos.
Ahora que las grandes multinacionales estarán investigando la manera de rentabilizar la lucha contra el cambio climático y por el restablecimiento (en la medida de lo posible) del equilibrio ecológico al planeta, esta maquinita no les sentará nada bien. Porque tiene un gran problema, que es el que me hace dudar de su futuro: parece demasiado barato de producir y demasiado eficiente energéticamente. ¿De dónde van a salir, entonces, las posibilidades de aumentar su valor añadido?
No interesan los inventos que gastan poco. El mercado no ama las cosas baratas.
Y sin embargo no me ilusiona demasiado.
Verán ustedes, uno está harto de oír hablar de inventos maravillosos que iban a salvar a la Humanidad de los sucesivos peligros por los que ha ido atravesando en los últimos cien años. Recuerdo el motor de agua o el eléctrico para los vehículos (este último ahora vuelve a la carga), que inmediatamente suscitaron la ilusión de que se iban a poder dejar a un lado los problemas de contaminación inherentes a los motores de gasoil o gasolina. Pero todos coinciden en que los países productores de petróleo, las grandes corporaciones de la extracción y distribución del combustible y las empresas automovilísticas habían conformado una poderosa alianza que había arrinconado tan eminentes adelantos.
Ahora que las grandes multinacionales estarán investigando la manera de rentabilizar la lucha contra el cambio climático y por el restablecimiento (en la medida de lo posible) del equilibrio ecológico al planeta, esta maquinita no les sentará nada bien. Porque tiene un gran problema, que es el que me hace dudar de su futuro: parece demasiado barato de producir y demasiado eficiente energéticamente. ¿De dónde van a salir, entonces, las posibilidades de aumentar su valor añadido?
No interesan los inventos que gastan poco. El mercado no ama las cosas baratas.
Comentarios
por ejemplo, un imbécil dijo aqui que "quizás sea más el gasto en energía y petróleo que el resuoltado que ocacionaría".
después de leer algo asi me di cuenta que hay imbéciles en todos lados del mundo, independientemente de creencias, nivel cultural, o color de piel.
mi nombre es Raul y vivo en Cuba, país que no es un ejemplo de pensamiento racional, pero aún asi puedo decir que la gente común aqui tiene más sentido común que el anormal que escribió algo así.
espero respuesta
chao
Entiendo que se debería estar vendiendo por millones en zonas como el sureste de España, camino de la desertización, es el futuro sin duda, de tantas tierras no cultivadas.