La inconfesable pasión juvenil de Esperanza Aguirre
Si quieren que les diga la verdad, no creo que Esperanza Aguirre sea tan facha como sus comentarios y discursos muestran. Creo que un facha auténtico, un facha ideológico, expresaría en su discurso la simpleza de su pensamiento, pero lo haría de manera coherente. Un facha ideológico no recurriría a llamar asesino al Ché Guevara, simplemente porque el revolucionario argentino queda fuera de la limitada capacidad de preocupación y miras de un ultramontano militante.
Esperanza Aguirre dice estas cosas porque se ha pasado un tiempo, antes de su aparición pública, buscando qué burrada decir para mantener a su audiencia partidaria en constante excitación. Lo cual no es fácil, porque el constante fluir de la bilis desde las bocas de los dirigentes del PP en dirección a las hordas de sus seguidores está provocando una comprensible insensibilización de éstos, una preocupante incapacidad para excitarse con las enormidades que oyen.
No quería decirlo, pero allá va: se están volviendo impotentes.
Ya no les excita la pornografía estandar del insulto que antaño era su norte y guía. Les han acostumbrado a la perversión creciente en la descalificación y la indignidad y ya no les vale con la postura del misionero en política. Quieren más, y más, y más...
Y hoy lo que se le ha ocurrido a Espe ha sido esto del Ché, quién sabe si para saldar viejas cuentas con su ya lejana juventud, en la que quizás se enamoró secretamente del ídolo y, perteneciendo a tan buena familia, le fue imposible desahogar sus furores gritando a los cuatro vientos su juvenil pasión.
No pasa nada, Espe, a estas edades son cosas que pasan. Es simplemente la rabia por ver que ya no somos lo que éramos. No eres la única impotente, no te preocupes.
Esperanza Aguirre dice estas cosas porque se ha pasado un tiempo, antes de su aparición pública, buscando qué burrada decir para mantener a su audiencia partidaria en constante excitación. Lo cual no es fácil, porque el constante fluir de la bilis desde las bocas de los dirigentes del PP en dirección a las hordas de sus seguidores está provocando una comprensible insensibilización de éstos, una preocupante incapacidad para excitarse con las enormidades que oyen.
No quería decirlo, pero allá va: se están volviendo impotentes.
Ya no les excita la pornografía estandar del insulto que antaño era su norte y guía. Les han acostumbrado a la perversión creciente en la descalificación y la indignidad y ya no les vale con la postura del misionero en política. Quieren más, y más, y más...
Y hoy lo que se le ha ocurrido a Espe ha sido esto del Ché, quién sabe si para saldar viejas cuentas con su ya lejana juventud, en la que quizás se enamoró secretamente del ídolo y, perteneciendo a tan buena familia, le fue imposible desahogar sus furores gritando a los cuatro vientos su juvenil pasión.
No pasa nada, Espe, a estas edades son cosas que pasan. Es simplemente la rabia por ver que ya no somos lo que éramos. No eres la única impotente, no te preocupes.
Comentarios
Asi que son cosas diferentes, una la ideologia, y otra los medios para realizarla. Aguirre rompe mitos de juventud, tantos poster en la pared...de un terrorista! La realidad se impone, y Aguirre es la realidad.