Feliz otoño
Haciendo honor a la leyenda que subtitula el nombre de esta bitácora, no me va a costar casi nada dejar de escribir en ella, al menos durante una buena temporada, porque el escepticismo sobre el valor de lo escrito no me ha abandonado en ningún momento.
Es el caso que estoy harto de escribir, y la verdad es que no entiendo muy bien qué me ha llevado a esta especie de obsesión por hacerlo con tan inusitada e injustificable frecuencia. Pero, sea lo que sea, estoy harto. Hoy he echado un vistazo a los medios que suelo consultar para ponerme al día y me ha invadido una enorme desazón. Había no menos de diez o quince temas, todos ellos muy relevantes, pero no quería escribir sobre ninguno. No quería. De la misma forma, ayer leí un espléndido post de Jessi en Chesi Blog, sobre las ventajas económicas del alquiler sobre la compra de vivienda, post con el cual estoy de acuerdo sólo en parte, pero, ¿lo ven?: no me apetece contestar en qué no estoy de acuerdo.
Así que, amigos y amigas, tengan ustedes buen otoño porque mi intención (aunque nada hay definitivo en la vida, salvo la muerte) es anticipar la hibernación y dedicarme a la placentera lectura de libros nuevos y (¡oh, mayor placer aún, placer de dioses!) la relectura de otros viejos; a hacerle a mi mujer cuantos guiños sean necesarios para que sepa que estoy dispuesto a retomar una relación que fue más cálida en otros tiempos no muy lejanos, pero que la excesiva dedicación a otras cosas ha enfriado un tanto; a un hijo que cada vez es más cabestro, más estrella del espectáculo y más adorable; y quizás, por qué no, a una actividad más relacionada con la política y menos con el hablar de política.
Tengan ustedes muy buenos días y feliz fin de semana.
Es el caso que estoy harto de escribir, y la verdad es que no entiendo muy bien qué me ha llevado a esta especie de obsesión por hacerlo con tan inusitada e injustificable frecuencia. Pero, sea lo que sea, estoy harto. Hoy he echado un vistazo a los medios que suelo consultar para ponerme al día y me ha invadido una enorme desazón. Había no menos de diez o quince temas, todos ellos muy relevantes, pero no quería escribir sobre ninguno. No quería. De la misma forma, ayer leí un espléndido post de Jessi en Chesi Blog, sobre las ventajas económicas del alquiler sobre la compra de vivienda, post con el cual estoy de acuerdo sólo en parte, pero, ¿lo ven?: no me apetece contestar en qué no estoy de acuerdo.
Así que, amigos y amigas, tengan ustedes buen otoño porque mi intención (aunque nada hay definitivo en la vida, salvo la muerte) es anticipar la hibernación y dedicarme a la placentera lectura de libros nuevos y (¡oh, mayor placer aún, placer de dioses!) la relectura de otros viejos; a hacerle a mi mujer cuantos guiños sean necesarios para que sepa que estoy dispuesto a retomar una relación que fue más cálida en otros tiempos no muy lejanos, pero que la excesiva dedicación a otras cosas ha enfriado un tanto; a un hijo que cada vez es más cabestro, más estrella del espectáculo y más adorable; y quizás, por qué no, a una actividad más relacionada con la política y menos con el hablar de política.
Tengan ustedes muy buenos días y feliz fin de semana.
Comentarios
Espero que sea sólo una falsa alarma. Un abrazo.
Suerte y un saludo
Salud y suerte.
En cualquier caso, es un placer leerle, que conste.
Que sea para bien, sea lo que sea...
Dé usted señales de vida de vez en cuando.
Buenas noches, y buena suerte.
Aquí estaremos esperando que el mono de escribir te vuelva pronto.
Y, para todo, ya sabes donde me encuentro.
Salud y República, amigo.
Se te echará de menos.
Las razones que das son tan entendibles, porque yo lo paso bastante mal en demasiadas ocasiones, de tal manera que esta práctica bloguera me ha reportado algún "cambio de impresiones" familiar...
Lo triste del caso es que son los que tienen mucho y positivo que decir los que se rinden ante la desazón y tu ausencia se notaría demasiado.
Digo lo mismo que los precedentes, vete si lo necesitas... pero poco, porfa, porque al menos para mí, eres pieza fundamental en mis lecturas.
Un beso y ya sabes donde estoy.
Aunque apenas he comentado en tus entradas, este blog es parada obligada en mi diario peregrinar por la blogosfera.
Pero te entiendo y deseo que tus perspectivas se vean plenamente satisfechas.
Y me iré asomando, de vez en cuando, por si las moscas.
Saludos.
Espero que le siente muy bien el descanso.
Un abrazo.
En cualquier caso, haga usted lo que mejor le convenga, pero eso sí, prométame que será feliz y que procurará hacer felices a los de su entorno.
Un gran abrazo
Un afectuoso saludo.
Por si te sirve de algo para tu cris blogera, aquí va mi remedio:
Receta para un escéptico pero menos
Elija ante todo buena materia prima. Cocinela lentamente y con cariño. Sírvala para Vd. y los suyos y tome todas las dosis que quiera, que no engorda.
1/4 y mitad de sinfonías de Haydn. Alegran el alma.
Media ópera de Händel (podría ser Rinaldo), cortada en juliana. No se asuste: no hay que ir a La Tienda del Gourmet para encontrarla. Se permite el aderezo con la Música Acuática que no por conocida y corriente deja de saber mejor.
350 gramos de canciones de Schubert. Aligere la melancolía, si es necesario, con unas gotitas del alocado Rossini. Siempre funciona.
3/4, largos de peso, de la Pastoral de Beethoven. Carga las pilas.
De postre: mucho jazz, alguna bossanova brasileña y música árabe, de la de nuestro amigo Yass.
No necesita posología y se lleva fácilmente en el mp3.
Si en unos días no se siente Vd. nuevo, repita las tomas cuantas veces sea necesario.
Un gran abrazo,
Ves lo que pasa, yo he pasado también por ahí, y con más motivo, puesto que yo no soy un escritor compulsivo y tengo mis deficiencias psicológicas, especialmente un exacerbado perfeccionismo que hace que me vuelque demasiado en cualquier post hasta la extenuación, y el hecho de escribir mucho me comporta un agotamiento tal que produce que después tenga que tomarme pausas que no quisiera. Y es que se me aconseja siempre: toma distancias, trabaja menos pero de manera asidua, que no mucho hoy, y, como consecuencia de ello, poco mañana. Pero uno es como es y cuesta romper los hábitos psicológicos.
Bueno, con eso me refería a que has estado escribiendo demasiado, incluso más de un post diario, que me ha llevado a reconcer que te envidiaba incluso, en alguna ocasión, jejejeje..., enviadia sana, ya sabes. Y pienso que si en vez de escribir tan seguido lo hubieras hecho más pausado, pero no sin dejarlo de hacer, no hubiera llegado el momento que tuvieras que tomarte un descanso, el cual espero, sea corto.
Entiendo los problemas de índole familiar también que ello provoca, o tienes una esposa blogger empedernida también o acaba celando de tu dedicación bloggeril. Mi experiencia también lo avala. En cuanto la dedicación al hijo también queda demostrada, más dedicación a internet menos dedicación al hijo. Y encima si fumas (que no viene al cuento, pero...) mi hijo me dice (con ocho años) pero bueno, papa, ¿qué es más importante el tabaco o yo para ti? Porque claro, uno fuma fuera del coche y deja al hijo esperando dentro y el quiere llegar a casa a ver sus dibujos animados japoneses en televisión, por ejemplo.
O sea, actividad bloggeril, abandono de la família. Escribir requiere horas y esfuerzo, y hay que ver cuáles son las prioridades reales individuales.
Te entiendo, te comprendo, pero te voy a echar a faltar. Pero me acordaré de ti, cuando el Barça golee al Madrid, ahí sí que voy a disfrutar como un condenado. Ay, madrileño de mi alma, qué buenos momentos he pasado en Madrid, si yo te contara!
En fin, sabes que estoy contigo. Si te apetece no escribir, te voy a añorar, pero también tendré más tiempo para descansar, porque tu invasión de posts también requería un tiempo extra para leerlos. Pero que te entiendo, comparto tus argumentos y me parece de lo más lógico. Además los que llevamos ya tiempo en esto, sabemos que llegan momentos de crisis y uno se siente tentado por abandonar. Pero como dice un amigo mío de Sant Pol, ¿cómo voy a abandonar mi blog definitivamente, si me gusta, collons, me gusta mi blog. A mi me pasa lo mismo, será una mierdecita, pero mi blog es mio, es mi creación, es mi trabajo de años y lo quiero, lo adoro, lo mimo, no quiero abandonarlo. Escribiré unas veces más, otras veces menos, aunque de momento he optado por lo segundo, pero no puedo abandonarlo, es como un hijo, ahí estoy yo, es mi obra.
En fin, saludos compañero. Eres cojonudo, me caíste bien desde el principio que te conocí, me gusta tu trabajo y tu pensamiento en general.
Hasta pronto, camarada!!! y si no, siempre estaremos ahí, lejos pero cerca.
Saludos fraternales
Lo mejor es tomarselo con paciencia, el blog es para vivir y convivir, pero no para que nos ahogue.
Así que ..
Sé que volveras a no mucho tardar, ademas, ¿no te dá pena de nosotros?.
Estamos dispuestos a que te diviertas y vivas como todos fuera de este mundo y que lo dediques a otras cosas, pero.. ¡¡tambien te necesitamos!!.
Un beso.
;-)
Salud y suerte.
Antoñito, muchas, muchas gracias por tu comentario. Porque cuando tenemos negros el cielo y la mirada, la voz que a mí más me gusta oír es la de mis amigos, haciéndote saber que están ahí; es la mejor música, como un bálsamo que ayuda a rebajar el dolor y reducir la negrura. Por supuesto que acato tu deseo de hibernación, pero disiento respetuosamente: el vacío AFeril se deja notar y mucho. Un abrazo muy fuerte a los tres,
Bueno, pues un saludo y a triunfar en cosas más importantes en la vida (si es que, como parece al menos, esta ha dejado de serlo).
Un saludo afectuoso