Batacazo de E-On, batacazo del gobierno alemán
Nada he comentado de lo que me parece que ha sido la operación más relevante en lo que a economía española se refiere en los últimos años, que no es otra que la relacionada con las distintas OPAs sobre Endesa. No lo he hecho, en primer lugar, porque mis conocimientos sobre economía son escasos y básicos y, en segundo lugar, porque me daba cuenta de que nada estaba cerrado en ninguna de las ocasiones en que pareció estarlo.
Ahora, después del acuerdo forzado entre las tres empresas que se disputaron el control de la eléctrica española, es posible emitir un juicio, aunque sea uno pequeñito y no de índole económico-empresarial, sino política. Porque es evidente (por más que se haya querido negar siempre) el lado político de toda la movida. El sector energético es estratégico para cualquier economía y Endesa se había convertido ya en una referencia en el contexto europeo. Que cualquier gobierno español pudiera o no tener un acceso a las decisiones más de fondo de una empresa como Endesa, podía hacer que variaran muchas cosas.
Las decisiones estratégicas de estas empresas tienen que ver, claro está, con la obtención de beneficios para sus arcas y sus accionistas. Pero se mueven en un orden de cifras tan gigantesco que se les hace necesario ir de la mano de los gobiernos en casi todas sus estrategias. De ahí la interdependencia entre unas y otros.
Y aquí de lo que se trataba era de una empresa mayor aún que Endesa, de innegable obediencia a los intereses políticos y económicos de Alemania (la negación de esto era ridícula por parte del gobierno alemán y de todos los interesados defensores de la OPA de E-On), que se iba a quedar con un instrumento de control de algo estratégico en los planes de cualquier gobierno: la energía.
No lo ha podido hacer. Los comentarios de la prensa alemana queriendo quitar hierro a la derrota del intento de su empresa son también un poco ridículos y suenan claramente a rabieta de niño rico acostumbrado a coger lo que le gusta, cuando no puede hacerse con un valioso y deseado juguete. El prestigioso Frankfurter Allgemeine Zeitung reconoce que la estrategia de E-On estaba "reventada" desde la entrada en escena de Enel y Acciona (y parece que caben pocas dudas acerca de lo animadas que estas dos empresas han estado por parte del gobierno español). El Financial Times Deutschland se erige en portavoz de los más enrabietados y asegura que el mayor perdedor en todo esto es el propio gobierno de Zapatero, ya que va a seguir quedándose sin Endesa, mientras que E-On, al menos, va a conseguir importantes activos de la española. Es una forma de ver las cosas, pero no oculta el batacazo que se ha llevado E-On y, de rebote, Angela Merkel. Zapatero puede que no haya logrado mantener a Endesa fuera de las "garras" de una empresa de otro país (Enel es italiana), pero nadie puede acusarle de no haber sabido mover hilos muy complejos y en gran cantidad para batallar contra su homóloga alemana.
Ahora, después del acuerdo forzado entre las tres empresas que se disputaron el control de la eléctrica española, es posible emitir un juicio, aunque sea uno pequeñito y no de índole económico-empresarial, sino política. Porque es evidente (por más que se haya querido negar siempre) el lado político de toda la movida. El sector energético es estratégico para cualquier economía y Endesa se había convertido ya en una referencia en el contexto europeo. Que cualquier gobierno español pudiera o no tener un acceso a las decisiones más de fondo de una empresa como Endesa, podía hacer que variaran muchas cosas.
Las decisiones estratégicas de estas empresas tienen que ver, claro está, con la obtención de beneficios para sus arcas y sus accionistas. Pero se mueven en un orden de cifras tan gigantesco que se les hace necesario ir de la mano de los gobiernos en casi todas sus estrategias. De ahí la interdependencia entre unas y otros.
Y aquí de lo que se trataba era de una empresa mayor aún que Endesa, de innegable obediencia a los intereses políticos y económicos de Alemania (la negación de esto era ridícula por parte del gobierno alemán y de todos los interesados defensores de la OPA de E-On), que se iba a quedar con un instrumento de control de algo estratégico en los planes de cualquier gobierno: la energía.
No lo ha podido hacer. Los comentarios de la prensa alemana queriendo quitar hierro a la derrota del intento de su empresa son también un poco ridículos y suenan claramente a rabieta de niño rico acostumbrado a coger lo que le gusta, cuando no puede hacerse con un valioso y deseado juguete. El prestigioso Frankfurter Allgemeine Zeitung reconoce que la estrategia de E-On estaba "reventada" desde la entrada en escena de Enel y Acciona (y parece que caben pocas dudas acerca de lo animadas que estas dos empresas han estado por parte del gobierno español). El Financial Times Deutschland se erige en portavoz de los más enrabietados y asegura que el mayor perdedor en todo esto es el propio gobierno de Zapatero, ya que va a seguir quedándose sin Endesa, mientras que E-On, al menos, va a conseguir importantes activos de la española. Es una forma de ver las cosas, pero no oculta el batacazo que se ha llevado E-On y, de rebote, Angela Merkel. Zapatero puede que no haya logrado mantener a Endesa fuera de las "garras" de una empresa de otro país (Enel es italiana), pero nadie puede acusarle de no haber sabido mover hilos muy complejos y en gran cantidad para batallar contra su homóloga alemana.
Comentarios
Sigue habiendo algo aquí que se nos escapa ..... a mi, por lo menos.
Saludos desde el agua
Yo creo que en este debate la postura sensatamente progresista es la de nacionalizar los sectores públicos básicos, y uno de ellos es el energético, lo demás "bacalás".
Hay que destacar, en medio del fragor informativo, algo que a ninguno de los grandes contendientes - en su discusión entre caballeros y grupos de presión - les ha interesado recordar: Endesa era pública hasta hace poquísimos años, fué privatizada por un valor muy inferior al alcanzado en un corto periodo de tiempo. NO tienen nada que decir el PP privatizador de entonces y el PSOE, que tan idéntico a él suele ser en politica económica, con este dispendio del patrimonio público.
Como nota al margen, observar la división de voto de CC.OO. en el Consejo de Cajamadrid. Se nota la larga mano de Antonio Gutierrez y su papel de ser sin estar en el PSOE. ¿O no?.