Lo importante no es la bandera, sino quién la lleva y lo que quiere
Al hilo de la polémica surgida sobre el uso de los símbolos nacionales, me viene en gana hacer la siguiente reflexión: La cuestión no es si existe el derecho al uso de la bandera o de otros símbolos y enseñas. La cuestión es si es imprescindible usarlas constantemente.
Dice un comentarista en el post anterior que le extraña la reticencia de mucha gente a usar la actual bandera española por identificarla con la dictadura franquista, porque en otros países que también salieron de dictaduras no han tenido esas reticencias.
Pensemos en lo siguiente: en Italia no hubo una bandera oficial diferente bajo Mussolini, razón por la cual los italianos, después de la caída del dictador, no debieron sentir necesidad alguna de repudiarla. Lo mismo se puede decir del Portugal dictatorial.
En cambio, Hitler sí cambió la bandera oficial de Alemania, imponiendo la de la esvástica. Los alemanes, después de la Segunda Guerra Mundial, no siguieron usando esta última, pero es que tampoco volvieron a la que había antes de Hitler.
En el caso de España, la bandera oficial actual es prácticamente idéntica a la usada por el bando de Franco durante la Guerra Civil, y no hablo de la bandera con el águila, que se impuso después de terminada esa contienda.
Dado que la República española de 1931 fue el último régimen legal y democrático en España hasta el instaurado con la Constitución de 1978, parece normal cualquier reticencia al empleo de una bandera que perteneció al bando fascista en una guerra en la que hubo tantos muertos y tanta represión posterior. Que haya quien no sienta esas reticencias o que piense que hay que superarlas no significa que no sea lógico tenerlas.
Por otra parte, me hace gracia el afán catequizador y misionero que los amigos de las banderas tienen hacia quienes no pertenecemos a esa cofradía. Tampoco entiendo el mismo afán en sentido contrario. Yo nunca le digo a nadie que no ponga una bandera en su casa, o que no lleve una insignia en la solapa, por lo cual espero que nadie me venga con semejante monserga en el otro sentido. Y tampoco admito que se me tache de falta de patriotismo por no hacer uso de esos símbolos. Puede que no me sienta patriota, pero no será esa falta de celo banderil la que lo atestigüe.
Todo eso, sin embargo, nada informa respecto a mi opinión sobre quienes "tiran" de bandera todo el rato. Creo que hacen el ridículo, pero se trata de una opinión que sólo expreso cuando me lo piden, bien sea directamente, bien porque el estado de una polémica pública lo permite.
En su día (1993) me asombró comprobar lo frecuente que era en Estados Unidos (en concreto, en California) encontrar banderas en las ventanas de viviendas particulares. En aquella época, eso producía un contraste muy acentuado con las costumbres en España, donde apenas era visible en días muy señalados. Pero ya por entonces yo pensaba que no sólo surgía el contraste cuando se pensaba en España. Tampoco lo he visto en Bélgica, y allí hay un enfrentamiento muy antiguo entre dos comunidades separadas por muchas más cosas que el idioma.
En definitiva, use quien quiera la bandera y, si me apuran, también el himno nacional, que yo no se lo reprocharé. Pero si su uso lo detecto como la reafirmación de una postura próxima al fascismo, que nadie se extrañe si lo entiendo como una provocación, porque lo que veré no será la bandera de España, sino lo que quiere hacer quien la lleva.
Dice un comentarista en el post anterior que le extraña la reticencia de mucha gente a usar la actual bandera española por identificarla con la dictadura franquista, porque en otros países que también salieron de dictaduras no han tenido esas reticencias.
Pensemos en lo siguiente: en Italia no hubo una bandera oficial diferente bajo Mussolini, razón por la cual los italianos, después de la caída del dictador, no debieron sentir necesidad alguna de repudiarla. Lo mismo se puede decir del Portugal dictatorial.
En cambio, Hitler sí cambió la bandera oficial de Alemania, imponiendo la de la esvástica. Los alemanes, después de la Segunda Guerra Mundial, no siguieron usando esta última, pero es que tampoco volvieron a la que había antes de Hitler.
En el caso de España, la bandera oficial actual es prácticamente idéntica a la usada por el bando de Franco durante la Guerra Civil, y no hablo de la bandera con el águila, que se impuso después de terminada esa contienda.
Dado que la República española de 1931 fue el último régimen legal y democrático en España hasta el instaurado con la Constitución de 1978, parece normal cualquier reticencia al empleo de una bandera que perteneció al bando fascista en una guerra en la que hubo tantos muertos y tanta represión posterior. Que haya quien no sienta esas reticencias o que piense que hay que superarlas no significa que no sea lógico tenerlas.
Por otra parte, me hace gracia el afán catequizador y misionero que los amigos de las banderas tienen hacia quienes no pertenecemos a esa cofradía. Tampoco entiendo el mismo afán en sentido contrario. Yo nunca le digo a nadie que no ponga una bandera en su casa, o que no lleve una insignia en la solapa, por lo cual espero que nadie me venga con semejante monserga en el otro sentido. Y tampoco admito que se me tache de falta de patriotismo por no hacer uso de esos símbolos. Puede que no me sienta patriota, pero no será esa falta de celo banderil la que lo atestigüe.
Todo eso, sin embargo, nada informa respecto a mi opinión sobre quienes "tiran" de bandera todo el rato. Creo que hacen el ridículo, pero se trata de una opinión que sólo expreso cuando me lo piden, bien sea directamente, bien porque el estado de una polémica pública lo permite.
En su día (1993) me asombró comprobar lo frecuente que era en Estados Unidos (en concreto, en California) encontrar banderas en las ventanas de viviendas particulares. En aquella época, eso producía un contraste muy acentuado con las costumbres en España, donde apenas era visible en días muy señalados. Pero ya por entonces yo pensaba que no sólo surgía el contraste cuando se pensaba en España. Tampoco lo he visto en Bélgica, y allí hay un enfrentamiento muy antiguo entre dos comunidades separadas por muchas más cosas que el idioma.
En definitiva, use quien quiera la bandera y, si me apuran, también el himno nacional, que yo no se lo reprocharé. Pero si su uso lo detecto como la reafirmación de una postura próxima al fascismo, que nadie se extrañe si lo entiendo como una provocación, porque lo que veré no será la bandera de España, sino lo que quiere hacer quien la lleva.
Comentarios
Un saludo
Estas confundiendo el regimen politico con la nacion.
Y yo con un banderín del depor patrocinado por cruzcampo como única seña identitaria de pertenencia a algo tan etereo y falaz como una nación. joio rojomasón estoy hecho...
Me sale la vena ácrata, ya ve. D. Antonio, pero a todos los que discuten sobre la bandera, la unidad, el estado y la nación, les recomiendo echen un vistazo a la sección de economía de cualquier periódico, a ver como van las acciones de esas empresas tan patrióticas en manos del teutón, porque lo mismo les enfadamos, nos suben la lú, y nos tenemos que quitar el frío arropándonos con el trapito de marras.
Cada vez lo identifico más como quiste; pero no me lo voy a operar porque no soy monárquico, aunque sí (quisiera decirlo bien bajito) un poco juancarlista.
Cada uno tiene sus ideas, a mí de echo me gustan poco las banderas, cada uno que la use como quiera, si bien dices, pero según en qué contextos ya dan ganas de correr.
La democracia actual no es heredera ni continuadora de de la republica.
La republica entre todos la mataron y ella sola se murio. Al margen de que la republica y el frente popular son dos cosas distintas, tan distintas que muchos de los partidos frentepopulistas atacaraon a la republica
De manera que, y a pesar de que la bandera bicolor es bandera de España desde 1785 hasta 1931 (Incluidos el reinado de Amadeo I y la I República), la actual bandera oficial de España está íntimamente ligada a los cuarenta años de represión y oscuridad que vivimos desde 1939. Y como bien dices Antonio, lo importante no es el color de las banderas sino quienes las hacen ondear. Y en nuestra historia reciente quienes las han hecho ondear han sido siempre o el franquismo o su heredero político que no es otro que el Partido Popular. Por tanto para los que creemos que hay que avanzar, por la senda del progreso y el avance social, como creían los que 1931 proclamaron la República, el que el PP y su guardia pretoriana vuelvan a patrimonializar los dichosos himno y bandera, sólo puede ser una buena noticia que coloca a cada bandera en su sitio. El PP y los "Ultrassur" unidos por la bandera.¡Qué casualidad! ¿O no?
Lo que pasa es que no se puede mencionar su nombre.