La vida por bien empleada


No tengo ningún deseo para el año 2022. Ya sé que puede parecer una proclama de modestia, pero no es así, no se engañen: no es que sea modesto, es que ya tengo todo lo importante que siempre he deseado.

Ayer mi hijo me entregó un libro como regalo de Navidad, 'Carta blanca', de Lorenzo Silva. No he podido leerlo aún, claro, pero lo importante no es si es bueno, regular o malo. Tampoco es lo importante el hecho de que me haya regalado un libro. Lo importante es la dedicatoria que me escribió en él:

"Para mi padre, que aunque no siempre estamos juntos, o estándolo no hablamos, solo con estar cerca de ti ya me siento aliviado, que por muchas discusiones y gritos siempre llego a la misma conclusión. Eres mi padre y nada quebrará ese lazo de sangre. Porque eres mi presidente, mi amigo, y por encima de todo lo malo de cada uno, tú eres mi padre y cada día veo mejor que eres mi guía y mi maestro en esto que llamo vida. Espero que disfrutes el libro y lo recibas no como libro, sino como una lección que recibí hace mucho tiempo, que con unas hojas bien escritas se te puede abrir el corazón, la mente y el alma".

Y con eso, doy mi vida por bien empleada.

Comentarios