EE.UU puede tener un presidente con un programa más radical que el de los "comunistas, separatistas y filoterroristas" españoles
Sí, como lo oyen. En estos momentos el progresista Bernie Sanders es el candidato a las primarias del Partido Demócrata con más posibilidades de salir elegido candidato a la Presidencia de EE.UU. Y resulta que su programa es, en relación a su país, mucho más radical que el que se plantea el gobierno de coalición PSOE-UP en España. Veamos, si no.
Sanders se plantea crear impuestos progresivos a las grandes fortunas, impuestos que van desde un 1% para quienes tengan un patrimonio de más de 32,5 millones de dólares y hasta un máximo de 50 millones, hasta un 8% sobre patrimonios superiores a los 10.000 millones, aunque el porcentaje se aplicaría sólo sobre la cantidad que sobrepase esa cifra.
En España, la presión fiscal sobre las grandes fortunas no sólo es tabú, sino que la sola formación de un gobierno progresista ya ha llevado a los más ricos a amenazar con llevarse sus fortunas de España (como si aún las tuvieran aquí), incluso antes de que el nuevo gobierno haya abierto la boca en materia de legislación fiscal.
Por otra parte, Sanders plantea la universalización de la educación pública incluyendo el nivel universitario, así como cancelar la deuda de los estudiantes por sus estudios en universidades. Una deuda que asciende a 1,6 billones de dólares (con "b", como solemos decir): unos 3.000 dólares por cabeza.
Ciertamente, en España hace mucho que la enseñanza universitaria es gratuita en universidades públicas, pero también lo es que las sucesivas reformas y, sobre todo, las políticas concretas de los gobiernos de turno han ido aupando a las universidades privadas y relegando a las públicas por el sistema de mantenerlas en la penuria económica. Si no hay recursos para pagar a buenos profesores y profesoras, malamente una universidad alcanzará o mantendrá un prestigio que lleve a los estudiantes a matricularse en ella. O sea, igualito que con la enseñanza primaria y secundaria. Acabar con las ocultas sevicias del sistema de educación concertada tendría que ser menos "delicado" en España que lo que Sanders quiere hacer en EE.UU.
Lo mismo ocurre con el programa del candidato demócrata en lo relativo a la sanidad: universalizar la atención sanitaria gratuita para toda la población y en todas las edades; y cancelar la deuda con las aseguradoras privadas. Y en lo tocante a España, también el mismo paralelismo: terminar con el sistema de privilegios hacia la sanidad privada e invertir en la sanidad pública con criterios de suficiencia y calidad.
Y esto por no hablar de la promesa de acabar con las deportaciones y con los cuerpos creados por Donald Trump para ejercer de policía de deportación instantánea e inhumana. En España se apunta tímidamente al frenazo a las "deportaciones en caliente", pero se hace por imperativo de la propia Unión Europea, en quien históricamente se han refugiado los "partidos de Estado" para justificar esas mismas políticas.
Bueno, pues díganme ustedes si no da para afirmar lo que dice el titular. Y que conste que me da igual si finalmente Sanders gana las primarias demócratas y, más allá de eso, si consigue convertirse en presidente de EE.UU. Sólo con haberse atrevido a plantear estas cuestiones ya ha creado un clima político mucho más progresista y avanzado que el que nos da miedo imponer en España.
Siempre hay alguien de quien aprender.
Sanders se plantea crear impuestos progresivos a las grandes fortunas, impuestos que van desde un 1% para quienes tengan un patrimonio de más de 32,5 millones de dólares y hasta un máximo de 50 millones, hasta un 8% sobre patrimonios superiores a los 10.000 millones, aunque el porcentaje se aplicaría sólo sobre la cantidad que sobrepase esa cifra.
En España, la presión fiscal sobre las grandes fortunas no sólo es tabú, sino que la sola formación de un gobierno progresista ya ha llevado a los más ricos a amenazar con llevarse sus fortunas de España (como si aún las tuvieran aquí), incluso antes de que el nuevo gobierno haya abierto la boca en materia de legislación fiscal.
Por otra parte, Sanders plantea la universalización de la educación pública incluyendo el nivel universitario, así como cancelar la deuda de los estudiantes por sus estudios en universidades. Una deuda que asciende a 1,6 billones de dólares (con "b", como solemos decir): unos 3.000 dólares por cabeza.
Ciertamente, en España hace mucho que la enseñanza universitaria es gratuita en universidades públicas, pero también lo es que las sucesivas reformas y, sobre todo, las políticas concretas de los gobiernos de turno han ido aupando a las universidades privadas y relegando a las públicas por el sistema de mantenerlas en la penuria económica. Si no hay recursos para pagar a buenos profesores y profesoras, malamente una universidad alcanzará o mantendrá un prestigio que lleve a los estudiantes a matricularse en ella. O sea, igualito que con la enseñanza primaria y secundaria. Acabar con las ocultas sevicias del sistema de educación concertada tendría que ser menos "delicado" en España que lo que Sanders quiere hacer en EE.UU.
Lo mismo ocurre con el programa del candidato demócrata en lo relativo a la sanidad: universalizar la atención sanitaria gratuita para toda la población y en todas las edades; y cancelar la deuda con las aseguradoras privadas. Y en lo tocante a España, también el mismo paralelismo: terminar con el sistema de privilegios hacia la sanidad privada e invertir en la sanidad pública con criterios de suficiencia y calidad.
Y esto por no hablar de la promesa de acabar con las deportaciones y con los cuerpos creados por Donald Trump para ejercer de policía de deportación instantánea e inhumana. En España se apunta tímidamente al frenazo a las "deportaciones en caliente", pero se hace por imperativo de la propia Unión Europea, en quien históricamente se han refugiado los "partidos de Estado" para justificar esas mismas políticas.
Bueno, pues díganme ustedes si no da para afirmar lo que dice el titular. Y que conste que me da igual si finalmente Sanders gana las primarias demócratas y, más allá de eso, si consigue convertirse en presidente de EE.UU. Sólo con haberse atrevido a plantear estas cuestiones ya ha creado un clima político mucho más progresista y avanzado que el que nos da miedo imponer en España.
Siempre hay alguien de quien aprender.
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