Ajenos en el mismo sitio

Tres hombres con chaqueta y boina cruzan la calle de la Montera llevando un cuerpo, mientras un cuarto individuo parece guiarles hacia donde le transportan. El suelo se ve cuajado de cascotes y dos cadáveres quedan tirados, ahí en medio, a la espera de que alguien los recoja como hacen con el cuerpo transportado.

Por el mismo lugar y al mismo tiempo, una pareja de jóvenes con vaqueros y gafas de sol están a punto de cruzarse con la trayectoria de los porteadores del cadáver mientras miran en dirección a la cámara. Más a la derecha, una joven camina apresurada, vaqueros también y un vaso de plástico de café en la mano. Detrás de ella, un señor mayor con traje de corte moderno atraviesa cabizbajo y meditabundo el mismo espacio.

Todos ellos comparten ese mismo espacio, pero no se ven porque el tiempo les separa. Son las treinta fotos de Sebastian Maharg que El País publicó en su suplemento 'Verne', en un reportaje de enero de 2019, pertenecientes a un fabuloso trabajo que pone en evidencia, bruscamente, agresivamente, el desconocimiento y la indiferencia que en un tiempo hay respecto a lo que ocurrió en otro.

Hace unos pocos meses, una chica joven, de unos veintipico años, ataviada con un peto de Cruz Roja, se acercó a la mesa en la que tomábamos un refresco varias personas de unos sesenta años mientras charlábamos. Vendía lotería y le compré una participación. Le pregunté cuándo era el sorteo y me respondió que el 18 de julio. "Mala fecha", le contesté, ante la mirada cómplice del resto de tertulianos. La chica se quedó con gesto de incomprensión y preguntó "¿Por qué, qué tiene de malo?". No había oído hablar de esa fecha y no la asociaba al día de la insurrección militar de Franco contra la República. Se lo hicimos ver y ni siquiera dio síntomas de caer en la cuenta de qué le hablábamos.

Pues eso: desconocimiento y, probablemente, indiferencia hacia una época en la que se destruyeron y construyeron las mejores y las peores cosas de la vida que hoy conocemos.

Aunque muchos no lo sepan, lo de la memoria no es una moda, es una necesidad vital.

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