La de Marruecos, la única agresión en el Sahara

Me sorprende que haya quien se pone a discutir sobre la responsabilidad del estado español en el conflicto del Sahara. La responsabilidad es obvia: era la potencia colonial y la legalidad internacional de la época, y también la de después, dicta que debía de responsabilizarse de descolonizar, es decir, de devolver a manos de los habitantes autóctonos el territorio colonizado; España se limitó, en la práctica, a huir del Sahara y dejarlo vendido en las manos de Marruecos. Una muy buena parte de la cúpula militar de la época (franquista en su mayoría, como pueden ustedes suponer) se mostró avergonzada por esa huida e incluso lo exteriorizó, en la medida de sus posibilidades, posteriormente.

Pero más allá de la existencia de esa responsabilidad, lo cierto es que Marruecos está ocupando un territorio que nunca fue suyo y que ha utilizado la guerra abierta en una época, para después pasar a practicar, con la connivencia y complicidad de la ONU y de todos los gobiernos "occidentales", un genocidio programado. Ahora mismo, el ataque al Campamento de la Dignidad en El Aaiun no es más que otro episodio, más virulento y mediático que en otras ocasiones, de lo que viene practicando a diario desde hace más de treinta años.

Frente al Polisario y el conjunto de los saharauis, la desvergüenza occidental sólo tiene para ofrecer las declaraciones de un cabrón (en el sentido coloquial en que aquí usamos el término) que ostenta el cargo de portavoz de la ONU, el señor Martín Nesirky, que al ver que la policía y el ejército marroquíes están asaltando con armas un campamento habitado por personas civiles desarmadas, sólo se le ocurre pedir contención "a todas las partes involucradas"

¿Es que hay alguna de esas partes que deba contenerse y que no sea Marruecos? Es ofensivo que hable en plural porque en el lenguaje diplomático esto sólo tiene un sentido: no querer reconocer al agresor como tal. La verdad es que no sólo en el lenguaje diplomático. Cuando alguien, pongamos por caso, con la cabeza rapada, cazadora 'bomber' y botas Martens llega a la fila para entrar en una discoteca, descubre a alguien de raza negra y se pone a meterse con él y a pegarle sin que haya mediado ninguna provocación por parte del agredido, que a continuación venga otro y pida a ambos (agresor y agredido) que cesen en la violencia, hace que le den a uno ganas de mandarle a la mierda, dicho sea como eufemismo.

Por su parte, la recién estrenada ministra de Exteriores ha descubierto su faceta futbolística echando balones fuera desaforadamente y reclamando la intervención de la ONU y de quien haga falta, con tal de que el gobierno español no se tenga que enfrentar solito con Marruecos. Igual resulta que es una postura muy progresista, porque lo cierto es que si aún continuara Moratinos, probablemente estaríamos oyéndole pedir al Polisario un poquito de por favor, que no hacéis más que montar bulla y complicar las cosas.

Comentarios

Manuel ha dicho que…
Pues claro que hay que hablar en plural: Son los paises ricos en alianza con Marruecos los que están agrediendo a la población saharahuí porque hay intereses de nuestras multinacionales en saquearlos