La buena gente muere en invierno

No es el primer año que con la llegada de los fríos comienzan a morir no solamente las flores del parque, sino los genios de la vida. La buena gente, al parecer, muere en invierno. De Luis García Berlanga sólo diré que inventó la manera de mandar a tomar por culo al régimen haciendo que la Censura no se diera cuenta de ello y que los españolitos nos pudiéramos reír a gusto y con ese punto de ternura sin la cual no hay genialidad, sino broma gruesa.

Porque hay que amar mucho a la gente y al cine para juntar ambos amores en una secuencia como aquella en que los inefables habitantes de Villar del Río (¡¡del Río, no del Campo!!) acuden apesadumbrados a la plaza del pueblo, en medio de una lluvia clarificadora, para depositar voluntaria y solidariamente los enseres más diversos, más pobres y a veces más inútiles con el fin de saldar la cuenta del jolgorio que han montado. Todos ponen lo que pueden, estuvieran a favor o en contra del sarao, y en esa solidaridad está la clave de su grandeza.

Quien es capaz de concebir tan contundente pieza maestra, mucho de maestro debe tener por dentro.

Comentarios

SPOOK ha dicho que…
Cambiamos los actores, mantenemos los personajes y “Bienvenido Mr Marshall” es una perfecta representación de la realidad social actual a escala global.
… cambiemos Mr Marshall por Fondo monetario Internacional, y a Puebla del Rio por cualquiera de los países que han recibido el “maná” de los préstamos FMI.
… cambiemos a Mr Marshall por Benedicto XVI y a Puebla del Rios por los catalanes y gallegos que dieron crédito a la la Conferencia Episcopal según expresión literal de su secretario “En rueda de prensa, el portavoz de la Conferencia Episcopal insistía en que no sólo no se va a perder dinero, sino que se va a ganar porque va a proporcionar unos retornos económicos difíciles de evaluar porque son altos, altísimos”
… cambiemos a Mr Marshall por el Banco Central Europeo y a Puebla del Rio por los estados/ gobiernos europeos que cambiaron su moneda nacional de propiedad pública por euros de propiedad privada.
un cordial saludo
Antonio Flórez ha dicho que…
¡¡Villar, Villar del Río, por Dios!! Ésta era una broma casi privada que no sé si usted conoce y ha querido seguirla, o si realmente se ha equivocado y ha dicho "Puebla". Por si acaso, lo aclaro: Al principio de la película, una comitiva de coches negros claramente ministeriales recorre la carretera que conduce a Villar del Río. Cuando llegan al pueblo, el alcalde no está y corren a buscarle. Cuando éste llega al Ayuntamiento, se encuentra con el Señor Delegado, que con aire desenvuelto e insolente habla al alcalde como lo que en realidad eran los alcaldes entonces: unos 'mandaos' muy por debajo del Delegado en la escala político - burocrática. Entre los desaires que el Señor Delegado le hace al alcalde y al pueblo está el de confundir constantemente el nombre de éste, repitiendo "Villar del Campo" cada dos por tres, a lo que Pepe Isbert le responde siempre "Del Río, señor Delegado, Del Río".

Pues eso. Un saludo.