Honduras: un golpe que delata la intranquilidad de los poderosos

Refugio y base privilegiada de la Contra nicaragüense en los años 80; centro de tortura y entrenamiento de torturadores a cargo de los especialistas norteamericanos de aquella época; bastión del irredentismo reaccionario centroamericano. Honduras fue, hace veinticinco años, un auténtico portaaviones de Estados Unidos pegado a dos islotes que pugnaban por separarse políticamente del continente e iniciar una deriva propia, original, como la balsa de piedra que Saramago nos narra.

En aquella época, el portaaviones sufrió los serios embates de una tormenta muy sonora y muy movida, y a punto estuvo de encallar en las rocas de la revolución centroamericana, de la mano del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador, y del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua. Sin embargo, un buque así es un buque poderoso, y el oleaje ha de ser no solamente fuerte, sino continuado y persistente para hacer mella en su casco y echarlo a pique. La tormenta no duró lo suficiente, las olas perdieron su fuerza y el buque pudo descansar en puerto, asustado pero indemne.

Sin embargo, hacer de portaaviones de otro país tiene algo de malo: aunque se reciben, mientras se actúa como tal, grandes partidas de dinero que alimentan el ansia de prebendas de la casta dirigente, no son suficientes las migajas que se reparten para calmar la protesta popular porque se andan juntando las cosas: no hay mucho trabajo, la justicia no brilla precisamente, y encima los contras andan circulando por el país, con armas bajo la camisa, chulitos ellos y bastante encanallados. No es buen ambiente.

Veinticinco años después, hace ya mucho que Estados Unidos dejó de pagar el sueldo al portaaviones. La contra desapareció porque volvió a Nicaragua y los mercenarios siempre andan de un país a otro, buscando dónde ofrecer su negro servicio. ¿Y qué queda entonces? Sin la lluvia de dólares de aquel otro tiempo, queda la podredumbre de la coima, el soborno a gran escala, la venta y el reparto indigno del país entre quienes ya lo poseían casi todo, pero no todo.

Veinticino años han tenido que pasar para que unas elecciones deparasen la victoria de un candidato no ligado a la oligarquía de siempre. Siguiendo la estela de Ecuador, Bolivia e incluso Venezuela, Honduras parecía zambullirse en la piscina del agua limpia, en el lugar en que borrarse de la piel el color y el olor del orín herrumbroso, de la roña que deja la política entendida como instrumento al servicio del enriquecimiento de unos pocos.

Quería este señor Zelaya convocar unas elecciones en las que también se abriese la puerta a una reforma constitucional en profundidad. Un camino explorado por Evo Morales en Bolivia y que ha demostrado ser viable a pesar de los escollos. La diferencia es que en Bolivia parece haberse fraguado una unión de movimientos y organizaciones populares más sólida que en Honduras, que es capaz de movilizarse permanentemente y enfrentarse a la derecha agresiva. En Honduras, el Ejército, que siempre fue un partido político más y la empresa más importante del país, no ha querido aguantarse las ganas de cortar la trayectoria.

¿Qué raro suena, no? Un golpe de Estado. Parecía que ya no hacía falta, que ya el poder del sistema mundial era tan omnímodo, que no hacían falta estas cosas, que tan rancias suenan. Que los militares hondureños hayan dado este golpe quizás sea la más esperanzadora muestra de que quienes creían haber ganado definitivamente, ya no lo ven tan claro.

¿Y Estados Unidos? ¿Y Obama? Ingenuamente, en mi opinión, algunos saludan la condena que el presidente norteamricano ha hecho pública de este golpe de Estado. Otros, sin embargo, desde la propia Honduras, no lo ven así, y seguramente no les faltan razones. Por mi parte, creo que bastante será con que, sea o no sincera la condena de Obama, al menos no ayude económica ni militarmente a los golpistas.

Comentarios

Yassin Al-Hussen ha dicho que…
Gran repaso histórico!

Me parece curioso que todavía haya golpes de estado de ese estilo...


Un saludo
Anónimo ha dicho que…
Pero el tribunal no autorizo el arresto del presidente, al violar el imperio de la constitucion osea de la ley?
SPOOK ha dicho que…
Más que intranquilidad, sólo el pánico explica una actuación tan torpe.
muy desesperados se han visto para recurrir a sacar de la cama al presidente utilizando el ejército. Si han tenido que recurrir a esta medida extrema poco futuro tienen.
La situación es similar a la vivida en septiembre pasado, cuando el pánico de los gobiernos (de todos ¡oiga¡ de todos) ante el riesgo de quiebra inminente de bancos y demás chiringuitos financieros les impulsó irracionalmente a comprometer a todos los ciudadanos estafados en el rescate del capitalismo estafador.
Mala solución, si los capitalistas necesitan a sus víctimas para salvarse poco futuro tiene el sistema capitalista.
Aunque tengo presbicia veré al final del sistema capitalista.
Antonio Flórez ha dicho que…
Don Spook: buen diagnóstico el referido a la necesidad de las víctimas para salvar al agresor. Y en cuanto a lo de la presbicia, enga cuidado, ese detalle desvela su avanzada edad.

¡Ah, y en cuanto al uso del don en nombres que no son de personas reales, he de decirle de que en este juego de Internet, en el que casi nunca podemos estar seguros de con quién dialogamos, la única posibilidad de hacer las cosas un poco cómodamente es asignando una determinada identidad, casi física, a los interlocutores, y a partir de ahí conducirse como se conduciría uno con la persona imaginada. De lo contrario, esto es de locos.

Un saludo.
SPOOK ha dicho que…
”la única posibilidad de hacer las cosas un poco cómodamente es asignando una determinada identidad, casi física, a los interlocutores, y a partir de ahí conducirse como se conduciría uno con la persona imaginada. De lo contrario, esto es de locos.”
Pues bueno… es su opinión, la mia es diferente.
¿Usted necesita imaginar la personalidad de todos y cada uno de los autores cuyos escritos (libros, artículos) lee?? Así no me extraña que le parezca de locos.
En mi caso añade poco conocer las manías, fobias y demás características personales (físicas y/o psiquicas) del autor, es más, con frecuencia la información que obtengo “a posteriori” de algún autor me resulta sorprendente, pero no por ello cambia mi valoración sobre la obra. Y a la inversa, conocer previamente la vida y milagros de un autor puede ayudar a explicar (no disculpar) algunas ideas contradictorias, pero, en mi caso, no justifica ni el rechazo ni el asentimiento anticipado (lo que usted llama “conducirse uno como se conduciría con la persona imaginada”)

Puede que la presbicia revele mi avanzada edad (sesenta cumplidos), pero aún con tan amplia y variada experiencia no me considero capaz de enjuiciar a una persona en su integridad en base a unos datos parciales. Lo que si me ha enseñado la experiencia es que la vida (y las personas) está llena de sorpresas, y no todas desagradables.
por ej. D Antonio, ante esa carita de bonachón que nos muestra en la imagen yo imagino que tiene en el fondo bastante mala leche, eso me desconcierta y no sé como conducirme en este blog.

Un cordial saludo.
Antonio Flórez ha dicho que…
En la vida hay muchas cosas que deben quedar, efectivamente (y por contradictorio que parezca con lo dicho anteriormente por mí) en el limbo de lo indeterminado. Mi mala leche a pesar de mi carita bonachona (??) es una de esas cosas. Sólo diré que tengo como característica muy acusada que casi nunca ataco primero, salvo en política, donde, por el contrario, creo que es cierto lo de que el que da primero da dos veces, y que hay que hacerlo así para obtener la ventaja que se pueda.

Un saludo.
SPOOK ha dicho que…
No me sorprende su buen juicio, pero si le agradezco la actitud positiva con que ha leído mi último comentario.

Ahora me gustaría aclarar una duda. Escribe: ”en política, donde, por el contrario, creo que es cierto lo de que el que da primero da dos veces, y que hay que hacerlo así para obtener la ventaja que se pueda.”, con esta expresión podría interpretarse que para usted la política se reduce a lucha por conquistar el poder
¿es correcta la interpretación?
Antonio Flórez ha dicho que…
Mucho alejarse del tema de la entrada viene siendo esto, don Spook, pero le contestaré a su última pregunta: el poder por sí mismo me la sopla (con perdón), pero siempre he entendido que sin él no puede hacerse lo que yo querría hacer con él: cambiar de arriba abajo el mundo. Y no es una frase hecha.

Un saludo.
SPOOK ha dicho que…
Bien, no nos alejemos más del hilo de la entrada. Dejemos el asunto para otra ocasión.
En tanto le propongo “meditar" las diferentes formas de influir en la organización de la vida política desde el poder o desde la base.
Es usted en exceso optimista, tener el poder político no le asegura el éxito en cambiar la sociedad de arriba abajo (pregúntele a Zelaya). ¡¡Ya le gustaría a Zapatero secularizar la sociedad usando el BOE ¡¡
Como yo soy optimista y demócrata considero MUY conveniente que la sociedad no esté al arbitrio del poder de turno.
¿Conoce la asociación CIMA (http://www.cima.org.es) ? no tiene como objetivo ocupar el poder político sino influir en las decisiones sea el que sea su titular.
Los cambios sociales son lentos, hay que involucrar a la ciudadanía. El BOE únicamente sirve para administrar el presupuesto, hacer Política es otra cosa.
Antonio Flórez ha dicho que…
Don Spook, no soy tan ingenuo para pensar que ser Presidente del Gobierno es tener el poder. Eso es el poder formal, el Gobierno. o sea, la administración del Estado. Claro que las políticas se deciden en otros sitios... O no. No hay un solo sitio en el que se deciden las políticas. El poder no tiene sede con una banderita a la entrada.

El poder lo entiendo como lo entendía Lenin. Y la forma de conseguirlo es lo que hay que mirar más, porque en la época de Lenin se conseguían con relativa facilidad unos cuantos fusiles, pistolas y un cañón (¡y no te digo nada si conseguías a la tripulación entera de un acorazado, con sus cañones mirando al palacio de la ciudad...!!) ya se podía armar la dios es cristo.

No es que piense que las armas supersofisticadas de hoy en día puedan ser todas usadas para reprimir una revolución (aunque no es algo por lo que pondría la mano en el fuego), pero la verdad es que no es necesario usar ICBM para eso. Las propias tecnologías de espionaje, control y comunicaciones, junto a armas personales de mucha precisión y poder, serían suficientes para someter una rebelión ciudadana de las que razonablemente puede pensar uno que es posible que se produzca.

Los medios, pues, quizás no sean las armas (al menos, las armas "evidentes"), sino probablemente la insubordinación cívica, algo pendiente de definir en su gestación y procedimiento, pero de difícil contención en caso de lograrse.

Bueno pues, si la cosa llegase a ese punto, sí podríamos hablar de poder real. No habría decisiones que pudieran tomarse "en otro sitio", y eso marcaría el fin del poder de los no elegidos, de la oligarquía.

Pues por ahí va lo que yo creo que es el poder.

Un saludo.
SPOOK ha dicho que…
Nuestras opiniones comienzan a estar excesivamente próximas ¡peligro¡¡

Habra ocasión de continuar en otra entrada.
Un cordial saludo