Análisis apresurado de las elecciones

Una vez más (y ya va convirtiéndose en costumbre) el PSOE ha perdido las elecciones. Y hay que decir esto en mayor medida que la otra frase obvia (que el PP las ha ganado), porque con haber mantenido la votación que obtuvo en las anteriores europeas, el PSOE habría vuelto a vencer al PP. Con 750.000 votantes más que en 2004, el Partido Popular ha obtenido tan sólo 180.000 votos más que en aquéllas. Es el PSOE el que se ha dejado unos 750.000 votos en el camino. Los votos del PSOE en 2004, de haberlos conseguido hoy, habrían supuesto unos 140.000 más que el PP.

De Izquierda Unida, lamento decir que vuelve a perder votos, del orden de 160.000, si bien la buena noticia es que no son suficientes para quitarle un parlamentario, quedándose como estaba.

UPyD se convierte en polo de atención mediática porque juega a desvelarse como esperanza blanca de futuro para dar al traste con el peligroso bipartidismo desde una óptica y una posición no sólo leal con el Estado, sus instituciones y la unidad de España, sino incluso barrocamente volcada en estos temas. En otras palabras, ya verán ustedes cómo a Rosa Díez y sus secuaces sí que les hace caso la prensa teniendo muchos menos votos que IU, del que a Cayo Lara le han hecho en estas elecciones.

Los nacionalistas moderados han repetido resultados tan exactamente que da qué pensar. No son buenos tiempos para el PNV, qué duda cabe, pero al menos, como en el caso de IU, le queda el consuelo de no perder parlamentarios.

La candidatura de los nacionalistas de izquierda, un batiburrillo guiado por el único nexo común de sacar su parlamentario, han sido los segundos con más éxito de estas elecciones. La heterogeneidad de la candidatura hará más difícil que el parlamentario elegido pueda poner en serios aprietos a los grandes grupos con alguna inicitiva de esas que, bien gestionada, pueden convertirse en banderín de enganche de prensa y ciudadanos. Pero al menos, estará ahí para ejercer de Pepito Grillo, que en el caso del Parlamento Europeo, puede llegar a gritar con voz bastante alta.

Y en cuanto a la izquierda radical, quedan las candidaturas de Iniciativa Internacionalista y de Izquierda Anticapitalista - Revolta Global. La votación total de la primera ha sido muy superior a la de la segunda, pero a nadie se le oculta que se trata en buena medida de un espejismo provocado por el voto disciplinado de los abertzales, que pusieron en esta candidatura sus esperanzas de que alguien les escuchase. Sus 175.000 votos quedan muy lejos de los 300.000 que estimaban necesarios para conseguir un parlamentario. Las cuentas de Otegi y compañía podían salir si la participación no pasaba del 40% y si se trasladaba mecánicamente el voto aplicado a su corriente en otras ocasiones. Ninguna de las dos condiciones se ha cumplido. La primera, por poco (la participación ha sido del 45%); la segunda, por mucho. Los votos obtenidos por Iniciativa Internacionalista si se descuentan los votos de las provincias vascas y Navarra, se reduce a algo más de 37.600. Si al voto abertzale se suma el que presumiblemente ha recogido de parte de independentistas catalanes y gallegos (cifrémoslo en un 20% del total de votos obtenidos en Catalunya y Galiza, lo que supone alrededor de 4.000 votos), la votación que razonablemente habría obtenido esa formación sin el voto independentista habría estado en torno a los 33.600 sufragios. Izquierda Anticapitalista ha obtenido algo más de 25.000 votos.

Lo que más llama la atención es que ambas candidaturas han obtenido votos en casi todas las provincias, si bien en una decena de ellas el resultado es tan marginal que se puede considerar irrelevante. Pero en otras treinta provincias, las votaciones han sido entre un 2% y un 10% de las obtenidas por IU. La suma de votos de ambas (con la rectificación mencionada sobre el resultado de I.I.) sería de cerca de 58.000 votos, lo que supone un 10% del voto a IU en todo el estado.

El PSOE está recogiendo el fruto de lo que ha sembrado en forma de derechización, sin percatarse de que su electorado, por más esfuerzos que lleva haciendo décadas para cambiar eso, sigue siendo sociológicamente más de izquierda que de centro. Del PP prefiero no hablar.

De IU, en cambio, creo que merece la pena hacer unas reflexiones. La primera es que este resultado no supone ninguna caída de palos de sombrajo, si bien vuelve a ser una advertencia sobre lo cerca que está de provocar el desinterés final y masivo del personal. Los militantes y dirigentes de IU han puesto bastante carne en el asador de esta campaña con la ilusión de que pudiera marcar un punto de inflexión en su línea descenden te de los últimos años. He podido ver cómo se han dejado la piel en Internet y en la calle con una campaña que volvía a poner sobre el tapete, de distintas maneras, la misma argumentación de otras veces: basta de bipartidismo, IU es útil, una tercera furza es imprescindible... El problema, creo yo, es que en la sociedad se está empezando a dar una polarización sobre la cuestión de qué respuesta dar al cúmulo de desaguisados económicos - sociales que el sistema está provocando. Hay quien se pone una venda roja en los ojos e insiste en ver en el PSOE al caballero quizás no muy blanco y algo manchado de barro por distintos sitios, pero el único capaz de frenar al odioso dragón pepero. A esos, Izquierda Unida no les atrae nada. Y los hay también que, por el contrario, no sólo no ven en el PSOE a un caballero, sino que ni siquiera contemplan la posibilidad de buscar a ninguno. A estos otros, el discurso de IU les suena a moto, y no quieren comprarla.

¿El futuro de la sociedad española, europea y mundial pasa por una refundación del capitalismo? Pues entonces, IU no será quien lo refunde. Aun no haciéndolo, siempre es posible ofrecerse como quien lo gestionará con criterios sociales y no de beneficio privado, pero ¿es eso lo que hay que hacer?

En Izquierda Anticapitalista, hoy, no están ni un poquito preocupados por haber conseguido sólo 25.000 votos. Sus ojos están puestos en buscar otra relación con la gente, otra forma de hacer política que pase por juntarse y avanzar juntos, y no por seguir a unos cuantos. En Iniciativa Internacionalista puede que estén defradudados por no haber sacado el parlamentario con que quizás soñaban, pero son gente (me refiero a quienes han montado la candidatura, no a quienes la han apoyado interesadamente) que tampoco morirán por ello. Seguirán pensando, también ellos y ellas, en seguir adelante en línea similar a la de IA.

¿Y en IU? ¿Se interioriza el nuevo bajón de votos como un drama? Si es así, sólo puedo decir que es un pésimo síntoma, un síntoma de que la mirada no alcanza más allá de las instituciones. Si no lo es, lo único que falta es definir claramente qué hacer con la gente, qué hacer a partir de mañana, que no pase necesariamente por intentar aumentar los votos en las siguieentes elecciones.

Fácil, ¿no?

Comentarios

SPOOK ha dicho que…
En mi opinión es un análisis sensato de los resultados.
Pero... se ha quedado a medias, le falta explicar la opción de la mitad de los votantes.
Dicho de otra manera: la mitad de los votantes ha negado su apoyo a todos y cada uno de los partidos.
La opción de la mitad de los ciudadanos no debe obviarse en un análisis político.
AF ha dicho que…
No es que quiera obviar nada, don Spook, es que no sé cuál es la opción de esa gente. La abstención es lo que tiene, que no permite conocer sus intenciones. Ya sé que hay mucha costumbre de apuntarse los "votos" de la abstención, pero no me parece correcto, porque salvo quizás en alguna ocasión muy particular en que haya ocurrido algo muy, muy gordo que permita hacerlo, nadie puede ponerse en la cabeza de quienes se abstienen para saber por qué lo han hecho. La mayoría probablemnte no hayan votado porque no les venía bien.

Un saludo.
SPOOK ha dicho que…
Tiene razón, sería un despropósito “suponer” las razones de cada cual para abstenerse.
Pero no era esa el fondo ni la forma de mi pregunta. No pretendo analizar a los abstencionistas, sino buscar una o varias razones para explicar la abstención electoral.
Apunta usted que en caso de grave circunstancia la abstención se reduce
Yo creo que algo falla en su argumentación
- ¿puede interpretarse, según tal experiencia, que la normalidad democrática es una abstención de la mitad del censo?
- en una democracia ¿no debe ser el pueblo el que ejerza el poder?
- ¿cómo puede ejercer el ciudadano el poder que reside en el pueblo, si la situación normal es una abstención “quasi”mayoritaria y los partidos no permiten ningún otro medio de ejercitar el poder?
- o es que los partidos NO desean que se ejerza al poder por el pueblo??
Si el ciudadano confiara en los partidos para resolver las situaciones normales sería lógico que acudieran a darles su apoyo cuando lo piden, no creo que la mitad de los votantes sean unos ingratos desagradecidos.

En cuanto a las circustancias graves y excepcionales, que usted cita, no pueden analizarse en conjunto, ni intentar extraer resultados de una aplicables a otra, por definición son extraordinarias, y han de analizarse individualmente.
Por cierto, quizá haya algo de extraordinario en la situación actual para explicar los resultados. Es un momento que tanto en España como en Europa en conjunto los políticos están demostrando una carencia de soluciones e ideas para resolver la grave situación económica, no hay un proyecto mínimo, se están improvisando medidas costosísimas que apenas se muestran eficaces.
Hay miedo y no hay confianza en que los políticos sean capaces de encontrar soluciones
¡OJO¡ cuando los políticos no son capaces de ofrecer soluciones a los confictos por medios democráticos los democrátas se quedan sin opción de voto y toman el relevo los partidarios del autoritarismo como solución.
La ultraderecha está creciendo. Y la culpa no es de los votantes, ni de los abstencionistas, es de la ineficacia de los políticos.
La historia no se repite, y como escribí más arriba cada situación extraordinaria es distinta, pero Weimar ilustra mi idea.
SPOOK ha dicho que…
Sobre la crisis de la democracia – la democracia entendida al modo de los partidos- pues a mi entender la elevada abstención es un síntoma inequívoco de crisis, le copio un párrafo de un articulito sobre el fenómeno Berlusconi de un intelectual italiano. El artículo entero se lo he colocado en MegaUpload, si lo desea puede descargarlo en la siguiente dirección:
http://www.megaupload.com/?d=DIT5F8X3
Mann recurre a dos órdenes de motivaciones, que pueden resultar útiles también para nosotros.
Por una parte, está la crisis de la democracia: su incapacidad para resolver los problemas de aquella sociedad en aquella fase histórica concreta.
Es esta incapacidad la que abre paso, al nivel de masas, a la pérdida de todo sentido del ridículo (es decir, en otros términos: a toda razonable percepción de los valores).Por otra parte, está lo que yo definiría como la degeneración de masas de la misma opción y lógica democrática, el derrocamiento de las prácticas normales de consenso, reguladas por la ley, por una especie de explosión de instintos neobárbaros que no tiene capacidad ninguna para distinguir la luz de la razón (también en este caso, como se puede ver, el proceso se mueve al mismo tiempo en las dos direcciones, de arriba abajo y de abajo arriba).Escuchemos las palabras,lucidísimas, de Mann: "La inmensa oleada de barbarie excéntrica y de vulgaridad primitiva, plebeyamente democrática, producto de impresiones violentas,
desconcertantes, y a la vez estimulantes de los nervios, embriagadoras, por la cual está subyugada la humanidad" (de Appel and die Vernunft o sea, "Llamamiento a la razón"