Cuestiones de vida o muerte

Se hace eco don Rafa G. Almazán de una encuesta publicada por El País según la cual el PP en la Comunidad de Madrid, a pesar de bajar sustancialmente en intención de voto respecto al registrado en 2007, seguiría ganando las elecciones autonómicas por mayoría absoluta. El kabileño se pregunta, creo yo que un poco retóricamente, si es posible realmente que la izquierda gane en Madrid. Se hace cruces de que con tantos escándalos como llueven en los últimos meses, siga la gente declarando esa intención de voto. Es realmente para echarse las manos a la cabeza, pero ahí está la cosa...

Yo, que me escandalizo al igual que don Rafael por estas cuestiones, difiero de él cuando se pone a elucubrar respecto a las posibilidades de seguir profundizando la pérdida de votos del PP. Mi estimado amigo creo que se hace las cuentas de la lechera y da posibilidades a lo que yo creo que no las tiene: que el líder del PSOE deje de ser el "desaparecido"; que empiece a hacer una política más visible, que Izquierda Unida siga subiendo otro poquito más...

El PSOE, lamento decirlo, no hará nada sustancialmente diferente de lo que hace bajo el mandato de Tomás González. La horquilla de sensibilidades que habitan en ese partido van, bajo mi punto de vista, de aquí hasta medio metro más allá, no más. Puede que con suerte un líder más a la izquierda se atreviese a romper una lanza de verdad por la sanidad pública y a oponerse con todas sus fuerzas a los burdos tejemanejes de Esperanza Aguirre y el chulito de Güemes. No digo yo que eso fuera poca cosa, pero no creo que diera como para dibujar un panorama político diferente en Madrid.

El problema de esta Comunidad es que una derecha cerril campa a sus anchas porque nada se le opone realmente. La única oposición que contempla el PSOE es la que pasa por las iniciativas institucionales, e Izquierda Unida, que defiende mucho más que eso, no sabe o no puede organizar casi nada en la calle. Lo intenta y se agota en el primer intento, posiblemente debilitada por el exceso de esfuerzos que debe hacer casi constantemente para estabilizarse en su interior.

Aunque parezca raro, estoy convencido de que el problema de una gran cantidad de votantes de la Comunidad de Madrid es que desconocen los tejemanejes del PP (esos que la gente un poco más en el ajo estimamos como conocidos urbi et orbe) y, caso de haber oído hablar de ellos, no conocen su verdadera dimensión. Y aún más: aunque la conociesen, haría falta que tuviesen el convencimiento necesario de que tales tejemanejes con tales dimensiones es imprescindible frenarlos por dos motivos: por higiene ética y por imperiosa necesidad económica. Porque la gente que habita en Madrid va a estar dentro de poco en la ruina, enferma sin cuidados y con sus hijos desprovistos de una educación pública mínimamente adecuada, y con sus padres y abuelos incapacitados y sin servicios sociales que ayuden a cuidarlos.

Mientras no ocurra algo que obligue a una masa significativa de militantes del PSOE a reaccionar ante la grosera derechización de la política de su partido y ante la inacción como medio de seguir pretendidamente vivos, y al conjunto de Izquierda Unida a olvidar sus peleas por el mejor puesto posible en una lista con cada vez menos puestos viables, mientras no ocurra algo así no habrá posibilidades de organizar en serio una respuesta de izquierda a la política y a la existencia misma del PP. Una respuesta que pasa por coger los bártulos y lanzarse a la calle, y no sólo a Internet, para contar, explicar y proponer un cambio, veinte, treinta o cien veces.

Les aseguro que a todos y todas nos va la vida en ello.