Y una puta mierda

Dice la nueva presidenta del parlamento vasco que lo será "de todos", y lo dice con ese cinismo que usa la gente bien de toda la vida, la gente que en Euskadi ha sido siempre del PP y/o del Batallón Vasco Español. Su socio en el gobierno a partir de ahora, el dirigente del PSE Patxi López (procuraré no volver a llamar socialista a nadie de ese partido ni del PSOE que no se haya opuesto a este innoble atentado contra cualquier principio progresista), supongo que dirá lo mismo, porque es lo que suele decirse, no por otra cosa. Porque realmente no piensa ser el lehendakari de todos, sino sólo de poco más del 40% de la población. Gobernará contra el 60% restante y lo hará sólo porque las matemáticas, en el apartado de suma, eran una asignatura que un señor llamado D'Hont no debió aprobar nunca, y sin embargo se encargó de elaborar un sistema de cálculo perverso bastante de moda por estos lares en los últimos treinta años.

Lo de ser el lehendakari de todos dicho con la boca pequeña, pero sólo de una parte del todo con la mano grande, es algo bastante común, no crean que me chupo el dedo; pero lo cierto es que otros antes que López han ido disimulando mejor que peor esa obvia parcialidad. Sin embargo, el PSE, los llamados socialistas vascos, no tiene complejos (como no los tuvieron sus antecesores del PSOE de Felipe González al frente del gobierno de España a la hora de crear y financiar los GAL) a la hora de mostrar sin tapujos su parcialidad. Vean, si no, esta descarada forma de anunciar que están dispuestos a cometer en la práctica un fraude de ley con tal de quitar a ciudadanos vascos lo que les corresponde.

Más de un listo saldrá, al leer estas últimas líneas, con el cuento de que "¿y no somos también ciudadanos vascos los que somos perseguidos por las bandas terroristas y sus secuaces?". Pues sí, también son ciudadanos, y por eso la ley les ampara y los instrumentos de la Justicia persiguen a esos terroristas, y los atrapan en gran número, y los meten en la cárcel, y los ilegalizan. Y además, por si acaso se queda alguno fuera, ilegalizan a cualquier amigo suyo, e incluso a uno que una vez tomó café al lado de ellos en la barra de un bar de Portugalete. Y ustedes, listillos, además de tener a la ley de su lado (cosa que está muy bien), ya se preocupan de tener también lo que no es la ley, al menos esa que en los cuentos infantiles nos quieren hacer creer que es igual para todos. Se preocupan de tener como sea el poder para hacer y deshacer a su antojo.

Y encima tenemos que aguantar que nos digan que esto es en nombre de la paz, la convivencia, la solidaridad, la justicia, el socialismo y la libertad.

Y una puta mierda.