Intoxicación pro-monárquica de la televisión pública
Esta noche, la primera cadena de TVE ha perpetrado un acto de intoxicación masiva de la ciudadanía española, mediante la emisión del publireportaje titulado "23-F. El día más difícil del Rey". Sólo con ese título, ya pueden darse ustedes cuenta de que, una vez más, la televisión pública acude en ayuda de la imagen, tremendamente deteriorada en los últimos años, de un monarca acosado por los asomos de escándalo.
Pocas cosas han dejado de decirse de Juan Carlos Borbón en lo que respecta a su pulsión hacia la buena vida y el incremento desmesurado de su fortuna personal, así como sobre los medios más que dudosos con los que ha ido engrosándola. Y cada vez que se ha corrido tal o cual rumor, inmediatamente ha surgido una campaña de enaltecimiento de la monarquía, así escrito, con minúscula, primero porque quien la ostenta no merece más y, segundo, porque la institución misma, caduca y reaccionaria, debe ser descrita de ese modo antes de que la historia la barra a uno de sus oscuros rincones.
Y siempre se trata de rumores, puesto que el férreo pacto de silencio tutelado por los dos grandes partidos españoles, PSOE y PP, acude siempre en socorro de este monarca bien sea bajo la forma de actuaciones desmesuradas e inconstitucionales de la Fiscalía, bien sea bajo la maliciosa y falsaria conducta de los medios de comunicación (en buena y fraternal compaña, aquí sí, los públicos y los privados), que ocultan y maquillan lo que sea menester.
Pero la meliflua apuesta que esta noche ha lanzado La Uno (complementada con la segunda parte que piensan emitir el próximo jueves y con la versión más cínica que Antena 3 ha emitido esta noche a la misma hora) supera en mucho cuantas memeces he tenido que soportar en los últimos dieciocho años, desde aquel malhadado 1981 hasta hoy. En la versión de ahora, al personaje de Juan Carlos le ha faltado echarse a llorar por la traición de sus queridos generales y por ponerle éstos en boca de golpistas, como si fuera consentidor y hasta partidario del golpe. ¡Vamos, hombre, mencionarle a él como cabeza del golpe de Estado, con lo demócrata que había sido siempre y con lo mucho que se había distinguido siete años antes (pongamos por caso) por su oposición a Franco, de todos conocida!
Claro que, bien pensado, tanta muestra fanática y descabellada de adhesión inquebrantable a la Corona no puede significar más que ésta se encuentra insegura, que todos piensan que su prestigio ha mermado extraordinariamente y que el día menos pensado, quizás tras el fracaso de alguna alianza civilizatoria, la ciudadanía de este país puede dar una sorpresa de esas que se dan a veces en la historia, y dejar con un palmo de narices al monarca y a sus súbditos. Que súbditos parecen todos cuantos le bailan el agua tan servilmente, y no ciudadanos, como se supone que son.
La última república que en España hubo se instauró precedida de unas elecciones municipales. Ojalá que la próxima, si la hay, entre por la puerta grande de una reforma constitucional como es debido, que certifique lo que esté en la mente de una mayoría de españoles sin necesidad de ocultaciones ni puertas traseras.
Pocas cosas han dejado de decirse de Juan Carlos Borbón en lo que respecta a su pulsión hacia la buena vida y el incremento desmesurado de su fortuna personal, así como sobre los medios más que dudosos con los que ha ido engrosándola. Y cada vez que se ha corrido tal o cual rumor, inmediatamente ha surgido una campaña de enaltecimiento de la monarquía, así escrito, con minúscula, primero porque quien la ostenta no merece más y, segundo, porque la institución misma, caduca y reaccionaria, debe ser descrita de ese modo antes de que la historia la barra a uno de sus oscuros rincones.
Y siempre se trata de rumores, puesto que el férreo pacto de silencio tutelado por los dos grandes partidos españoles, PSOE y PP, acude siempre en socorro de este monarca bien sea bajo la forma de actuaciones desmesuradas e inconstitucionales de la Fiscalía, bien sea bajo la maliciosa y falsaria conducta de los medios de comunicación (en buena y fraternal compaña, aquí sí, los públicos y los privados), que ocultan y maquillan lo que sea menester.
Pero la meliflua apuesta que esta noche ha lanzado La Uno (complementada con la segunda parte que piensan emitir el próximo jueves y con la versión más cínica que Antena 3 ha emitido esta noche a la misma hora) supera en mucho cuantas memeces he tenido que soportar en los últimos dieciocho años, desde aquel malhadado 1981 hasta hoy. En la versión de ahora, al personaje de Juan Carlos le ha faltado echarse a llorar por la traición de sus queridos generales y por ponerle éstos en boca de golpistas, como si fuera consentidor y hasta partidario del golpe. ¡Vamos, hombre, mencionarle a él como cabeza del golpe de Estado, con lo demócrata que había sido siempre y con lo mucho que se había distinguido siete años antes (pongamos por caso) por su oposición a Franco, de todos conocida!
Claro que, bien pensado, tanta muestra fanática y descabellada de adhesión inquebrantable a la Corona no puede significar más que ésta se encuentra insegura, que todos piensan que su prestigio ha mermado extraordinariamente y que el día menos pensado, quizás tras el fracaso de alguna alianza civilizatoria, la ciudadanía de este país puede dar una sorpresa de esas que se dan a veces en la historia, y dejar con un palmo de narices al monarca y a sus súbditos. Que súbditos parecen todos cuantos le bailan el agua tan servilmente, y no ciudadanos, como se supone que son.
La última república que en España hubo se instauró precedida de unas elecciones municipales. Ojalá que la próxima, si la hay, entre por la puerta grande de una reforma constitucional como es debido, que certifique lo que esté en la mente de una mayoría de españoles sin necesidad de ocultaciones ni puertas traseras.
Comentarios
Por eso los principales enemigos de la libertad son los subsecretarios de comercio, los inspectores lingüísticos y los concejales. Contra ellos ha de ir la furia ácrata.
Alimentemos a los Borbones, son baratos. Son un capricho de la democracia, un símbolo de nuestro poder. Igual que tener un león domesticado en el jardín.
Pd. Eso de que nos salen baratos es discutible. Entre otras cosas cada vez son más.
Ante esta falta de justificación solo quedaba una: mejorar la deteriorada imagen de la monarquía. Porque viendo la serie parece que el Borbón fuera un demócrata convencido de toda la vida, un padre modélico, un esposo amante y fiel, etc. es decir una persona integra y a imitar, cosa que las malas lenguas se empeñan en demostrar lo contrario. Me recordaba a esas conmemoraciones de la transición o de la constitución donde se exaltan la figura de Suárez y el Borbón como verdaderos artífices de la democracia en este país. Vamos Que un día ambos se levantaron con el pantalón de demócratas y dijeron al unísono: ¡Hágase la democracia! Y la democracia se hizo.
En fin iba a hacer una entrada sobre el tema pero me ha ahorrado Vd. el trabajo adelantándose con otra con la que coincido plenamente.
Hoy más que otras veces.
Salud, República y Socialismo
Todos los golpistas que escribieron libros (aunque dictándolos por las faltas) afirman que lo hicieron por el rey. Y dijo que saldría a las 12 a poner orden pero ¿eran casi las dos? ¿Saben mientras qué pasaba en los ayuntamientos? ¿Cuánta gente se difuminó a las cinco de la tarde como humo de te? ¿Cuántos a las doce y cinco cuando vieron que no salía o cuando apareció vestidito de capitán general en pleno carnaval? ¿Que en muchos lugares los camaradas se armaron para recibirles si venían?
¿Y el papel de la CIA?
Menda no se traga un bodrio así ni atado, antes Guantánamo. ¡Con la patochada original tuve de sobra! Salut.
Que el rey no debería serlo es una cosa, y otra es no reconocer que en aquella ocasión salió en defensa de la democracia, probablemente porque hubo un momento en que se dio cuenta (él o Sabino Fernández Campo) que defender la democracia suponía defender su propio puesto. Pero si los militarotes hubieran visto que él flaqueaba, ¿acaso piensas que le hubiesen dejado ser Rey en un país donde ellos pudieran mandar? Si Armada hubiera conseguido que Juan Carlos picara (y todo apunta a que estuvo muy cerca), se planta en la Zarzuela y desde allí primero anula la Constitución, luego pasa varios meses con el Rey como títere y, si este no acepta ese papel, le fuerza a exiliarse y comienzan otros tantos años de acuartelamiento.
Porque la verdad es que, a diferencia de los del 17 de julio del 36, el proletariado (si es que a esas alturas de siglo existía) no supo o pudo salir a defender la Constitución. Aquí lo que había era pánico... Imagino que conoces a alguien que tuvo que ponerse a quemar sus archivos. Yo sí.
Un saludo.
Amigo, que estomago tienes!!!.
En mi humilde opinion la monarquia española tiene el mismo destino que la francesa,(salvando las distancias y los cuellos ), es decir, desaparecer por las cloacas.
Y que no me vengan con historias cutres las cadenas de television, para cuando van a emitir toda la serie completa de la BBC sobre la guerra civil española?????.
Eso seria preocuparse por la historia de este pais, y descubrir a los verdaderos heroes españoles.
Un saludo
Salud y republica.
Ôo-~
O sea, que ese es el destino de cualquiera que se atreva a poner en entredicho lo que hay. La imaginación podía haber tenido un vuelo un poco más amplio y haber amenazado con caer en manos de un Videla o un Pinochet; total, es gratis...
Hay otra forma de ver las cosas que no pone en cuestión, sino que siembra dudas "positivas", que es el caso de don Franesco. ¿Por qué ser tan neurótico y ver constantemente conspiraciones en todos lados? ¿Por qué las cosas no pudieron ser como nos las han contado? No hay pruebas de que pasasen de otro modo, así que, ¿por qué insistir en poner en cuestión la versión oficial?...
Pues mire, don Franesco, la cuestión no me la pregunta a mí, más bien respóndase usted mismo y haga de su capa un sayo. Porque sobre la base de semejantes preguntas, no es posible discutir, sino solamente llegar a la siguiente conclusión: "¡Ah, sí, claro, pues es verdad, pudo ser como lo cuentan. O pudo ser al contrario de como lo cuentan. Así que, tú con lo tuyo y yo con lo mío". No demasiado mal comparado, es como el debate con los creacionistas: no es posible realizarlo porque el planteamiento de éstos es que las cosas "pudieron" no ocurrir como planteó Darwin. Y por poder... puede ser cualquier cosa.
La cuestión no es si pudo ser así o de la otra manera, sino cómo cree cada cual que ocurrió. Hay indicios, hay argumentos, hay hechos... Tómelos usted, don Franesco, y elabore su teoría. pero no me diga que no hay pruebas de que las cosas no fueron como nos las han contado y que ve uno conspiraciones en todas partes, porque, señor Franesco, un golpe de Estado es... una conspiración.
Un saludo.
Veo que no hace comentario alguno a lo planteado por mí (soy el 2º anónimo)sólo se queda en la anécdota, pero me encanta lo que dice: ".... me gusta permitir" ¿Quizá le tienta "prohibir"? A mí tanbien me gusta que le guste "PERMITIR". Gracias por su generosidad.
Y, como puede apreciarse por el comienzo de este post, sería mejor poner cualquier nombre, ya sabemos que puede ser falso, no importa. pero es más operativo.
Un saludo.
He vivido los eventos desde Francia, no conozco en detalle esta etapa de la historia de España, lo que he visto no ha cambiado mi opinión al respeto: Mejor un monarquía constitucional que una dictatura militar.
En 1981, Mitterrand suprimo las cacerías presidenciales, herencia del poder monárquico, veo que aquí hasta los ministros socialistas disfrutan de este placer de origen monárquico.
En este contexto dudo que la idea de una republica pueda avanzar como dudo que el relato de un parte importante de la historia reciente de España pueda ser una intoxicación.
La republica puede ser la republica de las luces y del conocimiento o la Republica del terror.
Creo que se debe y puede abordar todos los temas, incluyendo la del 23F, no creo que los profesionales que han realizado esta seria sean todos manipuladores e intoxicadores.
Mi idea de lo que puede ser una republica perfecta no me impide reconocer que el rey de España jugo un papel digno e importante el 23F.
Ahora bien, en cuanto a las disyuntivas que usted pone y la elección que hace en ellas, no me parece de recibo, porque usted plantea (supongo que sin mala intención) una elección tramposa: monarquía constitucional o dictadura militar. Si nos referimos a aquel momento, no era necesario optar por la primera, porque ya estaba instalada. Y si nos referimos a después de aquel momento (a ahora mismo, por ejemplo), la dictadura militar no es una opción presente. La elección realista sería entre monarquía constitucional o república, y aquí pone usted adjetivos que, de nuevo, introducen un factor trampa. Propone usted "república de las luces y el conocimiento o república del terror". Sé que muchos achacan a la república (un sistema político homologable con otros, como puede ser una monarquía) las atrocidades cometidas también en el bando de una república concreta en un país y un momento histórico concreto. Dejando a un lado el hecho de que las barbaridades comenzaron siglos antes, y no las comenzaron ningunos republicanos, queda el hecho de que ha habido y hay decenas de repúblicas en decenas de países y de épocas históricas que no se han caracterizado por vincularse en modo alguno al terror. ¿Por qué en la elección entre monarquía y república hay que introducir una variante en esta última que sugiere una posibilidad improbable, como es la de una república del terror?
Un saludo.