Un congreso a la medida del Gobierno

No he estado, obviamente, en el 37º Congreso del PSOE, ni siquiera me ha dado tiempo de buscar fuentes fiables de información detallada sobre lo debatido y aprobado. Guiándome, por tanto, tan sólo por la lectura de la prensa y otorgándole una tímida y limitada confianza a la misma, diré que la primera impresión que saco es que el PSOE ha planeado y realizado un congreso funcional, a la medida de las necesidades de su acción gubernamental.

España tiene planteado en este momento un reto fundamental, que es el relacionado con la situación económica, mala y con expectativas de empeorar duraderamente; y tiene retos de segundo nivel en el plano interno y en el internacional.

Sobre la economía, el PSOE tiene hasta el momento, y después de terminado su congreso, una actitud generalista marcada, también aquí, por los anuncios lo más a bombo y platillo posible, pero que no terminan de concretarse en casi nada visible. La afirmación al respecto más importante e inteligible que, en mi opinión, ha hecho Rodríguez Zapatero ha sido la de que habrá un adelantamiento de la inversión pública prevista, lo cual suele significar que el gobierno procurará dar comienzo a determinadas obras públicas con antelación a las fechas previstas. Sin embargo, las obras públicas (las grandes, al menos, que son las que pueden contribuir significativamente a modificar la mala situación del empleo) no dependen exclusivamente de la voluntad del Gobierno. Lo normal es que estén atadas por contratos que especifican sus plazos de planeación y ejecución con bastante precisión, un adelanto de los cuales supondría probablemente un coste añadido que las empresas exigirían al Estado. El resto de medidas, que tienen que ver más con lo fiscal que con otras cosas, son parches discutibles (basta ya de medidas destinadas a dar limosnas fiscales que al final se revelan engañosas, como lo de los 400 euros) que, incluso, pueden llegar a agravar la desigualdad económica en la sociedad.

Y al margen de la economía se pueden identificar unos cuantos terrenos de casi segura insatisfacción entre los simpatizantes y votantes del PSOE, y en la sociedad en general. En el plano interno, se rechaza una enmienda de Izquierda Socialista que pretendía limitar y comenzar a eliminar la presencia pública y el ascendente social indebido de la iglesia católica a través del Estado (el seguimiento de la liturgia de esa religión en los funerales de Estado). Las razones que, sgún los medios, Ramón Jáuregui, ponente encargado del tema, dio para rechazar la enmienda me producen una reacción contradictoria: por un lado, me parece correcta la filosofía general que aduce para justificar el rechazo, que consiste en no imponer nada "por decreto", sino procurar introducir en la sociedad los elementos necesarios para que ella misma vaya orientando un cambio profundo en ese sentido (en flagrante contradicción con la filosofía seguida en las leyes y normativas contra el tabaco, contra la violencia de género, en aquéllas relacionadas con la custodia de los hijos y en algunas más, en las que no ha habido más acción social que la destinada a crear un estado de ánimo propicio para aceptar la legislación puesta en pie); pero, por otro lado, la sintonía entre la orientación política que se detecta en este tema y la acción del gobierno socialista habida hasta la fecha es tan grande que tiendo a pensar que se trata de una excusa más para amagar y no golpear a la iglesia católica (con perdón por la combativa expresión). Da la sensación de que el Gobierno es capaz de hacer una política radical de gestos tan sólo cuando ésta no va a afectar a sectores económicos, políticos o sociales de peso. Y estoy hablando de política de gestos, no de política de cambios.

Otro reto de gran trascendencia que el gobierno tiene planteado es el de adecuar la estructura industrial y económica del país al cumplimiento (al menos, a eso) de los criterios aprobados en Kyoto. Nada he leído que se haya dicho en este congreso respecto al incumplimiento de esos criterios, y más aún, respecto al hecho de que no sólo no los estemos cumpliendo, sino que estemos alejándonos más de ellos cada día.

Sobre el aborto, una vez más hay promesas pero no hay concreciones. Se saca a un peso pesado como Teresa Fernández de la Vega, con un palmito abiertamente feminista, para anunciar un difuso apoyo a una ley de plazos, pero no se establece en ninguna parte qué ley apoyará el Gobierno, y además se preocupa muy mucho la vicepresidenta de resaltar la incompetencia del congreso del PSOE para decidir las acciones de aquél.

No se ha hecho ninguna rectificación respecto a la política de inmigración, tan tristemente plasmada en el voto socialista a la Directiva de la Vergüenza, sino que, como ya viene siendo costumbre en el gobierno de Zapatero, se mira para otro lado y se propone dar el voto en las municipales a los inmigrantes. Una medida polémica que, dada la inestabilidad social y económica de éstos en la actualidad y su previsible falta de integración a largo plazo en el contexto municipal español podría devenir en un intrincado problema de clientelismo político que situaría las elecciones municipales en un contexto más mafioso que político, con una evidente tendencia a acrecentar la de por sí gran preponderancia de los partidos grandes por encima de los más pequeños (los inmigrantes son un colectivo en el cual puede haber una gran cantidad de gente no sólo con un previsible y comprensible deseo de volver a su país en alguna ocasión no muy lejana, sino que, mientras llega ese regreso, puede verse obligada con bastante facilidad a cambiar de ciudad; todo ello crea un estado de ánimo poco "comprometido" con el municipio en el que se vota y tendente a votar más en función de promesas de corto plazo y muy "personalizadas" que realicen a cada colectivo inmigrante los candidatos de turno, con evidente preponderancia de aquellos que representen a partidos con más posibilidades a priori de luchar por la victoria).

En definitiva, y pidiendo disculpas por lo somero del repaso (pero estoy hablando de impresiones y nada más; impresiones que habrá que ver si se materializan o no), creo que el 37º Congreso Federal del PSOE parece haberse destinado a corregir algunas lagunas de imagen de los socialistas en el Gobierno y a mejorar la imagen ante sus propios afiliados y simpatizantes. Con los mimbres entrelazados en este congreso no se hace nada resistente. Demasiados huecos por donde escaparse el agua.

Comentarios

datoza ha dicho que…
COMO SIEMPRE, TOTALMENTE DE ACUERDO CON UD. Estos del pose, no no lo he escrito mal, son así, dispuestos siempre a la pose pero no a la actuación transformadora, siguen igual, y aunque a la mona la vistan de seda, vendrá el asesor de imagen y la hará de izquierdas.
Anónimo ha dicho que…
De acuerdo con el comentario sobre la crisis económica aunque siempre estaría matizada (me refiero a la política económica) por lo que UE permite y tolera. Quiero decir que el margen maniobra para cualquier gobierno europeo está muy limitado en el terreno económico.

En cuanto a la política de inmigración totalmente de acuerdo con la decepción que supone que desde las bases del PSOE no se hayan levantado voces contra la directiva de la vergüenza o que no hayan llegado hasta el Congreso pero ya sabes que para Zapatero quienes pensamos de otra manera somos “ignorantes supinos”.

Discrepo sin embargo con su visión un tanto defensiva respecto a la ampliación del derecho a votar y ser elegido. Tiene una percepción de la situación que la justifica en virtud de una supuesta inestabilidad social y de una evidente crisis económica. Manifestar miedo porque podría devenir en “problema de clientelismo político que situaría las elecciones municipales en un contexto más mafioso que político” me parece un planteamiento equivocado. Al Estado hay que exigirle precisamente que la ampliación de derechos no suponga esos peligros que usted atisba en el horizonte. Si residen en nuestros pueblos, ocupan puestos de trabajo, pagan a la seguridad social y los impuestos no veo el motivo para que voten no solo en las municipales sino en las de otros ámbitos. Lo que si entiendo es que el voto del emigrante puede ser un voto conservador; una vez que ellos ya tienen todos los papeles y están integrados pueden tener cierto temor a que una llegada masiva de inmigrantes les haga perder la posición social que han conseguido entonces votarán por opciones conservadoras antes que por otras más abiertas y tolerantes con la inmigración.

Un abrazo
Antonio Flórez ha dicho que…
Sí, es cierto lo que usted dice, don Júcaro, pero esa "exigencia al Estado para que la ampliación de derechos no suponga esos peligros" no veo cómo puede materializarse. En tiempos había estructuras políticas y sociales de base que permitían, al menos, hacerse la ilusión (y no sólo la ilusión: muchas cosas se conseguían por presión) de que uno podía realmente plantear tal exigencia en un terreno no sólo virtual, pero hoy en día estamos hablando de poco más que conseguir por algún medio elevar esa petición y esperar a que haya suerte.

Comprendo perfectamente la crítica que hace usted a mis reservas, porque yo mismo me la he hecho en parecidos términos. Pero no consigo evitar la clara sensación de que vamos ingenuamente a defender unos principios muy loables, pero metiéndonos en plena charca estando avisados de que la charca estaba ahí.

En fin, que dudo y razones hay para dudar, pero no me decido a optar por la ingenuidad.

Un saludo.
Anónimo ha dicho que…
Igual soy un ingenuo pero le contaré que vivo en una zona del litoral gaditano donde son muchos los europeos y españoles, de otros territorios, que tienen una segunda vivienda y se censan en Conil, Vejer o Barbate.

Igual pasan sólo un par de meses en estos pueblos o vienen por fistas, puentes, etc. Bien, todos éstos, unos alemanes, franceses, españoles de Madrid, San Sebastián o Cuenca pueden votar en las elecciones municipales. Deciden con su voto qué formación política va a gestionar el municipio donde están censados pero donde no viven habitualmente. Bien, sucede que un señor porque sea natural de de Buenos Aires, La Paz o Marrakech pero que vive todo el año en uno de estos pueblos,no tiene el derecho a votar. Aunque sus hijos vayan al mismo colegio que los míos y si enfermemos vayamos el mismo Centro de Salud, aunque pague sus impuestos y sus cotizaciones sirvan, como las mías y las tuyas, para pagar la pensiones de nuestros ancianos o para construir carreteras o levantar guarderías; el nacido en esos territorios no europeos no puede votar.

Estimado amigo, será que mi ingenuidad, no me permite ver más allá de lo que vivo. Sinceramente, no entienda las reservas por más que lo intento.
Antonio Flórez ha dicho que…
Pues creo que tiene usted razón, don Júcaro. Las reservas que estoy mostrando, me doy cuenta a través de este intercambio de opiniones, están basadas más en prejuicios (porque así hay que llamarle al hecho de pensar en un resultado posible, pero no necesario, de algo) que en otras cosas. De modo que rectifico, cosa que escribo inmediatamente como post.

Muchas gracias y un saludo.
Anónimo ha dicho que…
¿Y ahora cómo le replico?

Lo del post en un exceso que no era necesario.
Un abrazo
Antonio Rodriguez ha dicho que…
Creo que, como nos tiene aconstumbrado, en el PSOE hay ciertas materias como la Igelsia que son tabú y no van a entrar de lleno para no tener conflicto con la jerarquia eclesiatica. Como en otras ocasiones se han quedado a medias.
Salud, Rapública y Socialismo
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Antonio Flórez ha dicho que…
El comentario eliminado es uno de esos automáticos que llaman a pulsar en un link. No querría que nadie pensase que, tratándose del tema que se trata, estoy censurando opinion alguna-.
alfombril ha dicho que…
Totalmente de acuerdo. Mucho pose estos del Pose pero sin concretar nada.

Y respecto a la economía resulta grotesco que se llenen la boca Zapatero y Pepiño de discurso social cuando se va a reducir un 70% la oferta pública de empleo, se va a llevar a cabo la chorrada de la devolución de los 400 euros que es un timo reaccionario que deja cojo a lo de la película de Tony Leblanc, se van a privatiar servicios de transportes y no hay ningún compromiso de equiparar nuestro gasto social y educativo con el de la media europea.

También eché mucho en falta propuestas y compromisos para el cambio de modelo económico tristemente heredado por Aznar y copiado de Bush, por otro más competitivo, sostenible y sólido.

¡Que lamentable oir a nuestros gobernantes decir que España está en mejores condiciones que otros para hacer frente a la crisis!Será mejor que los del África, porque con un retraso en competitividad, capital humano e inversión en I+D+i como el que tenemos, algo que no se remedió en la anterior legislatura, lo de hacer frente mejor a la crisis será porque aquí podemos tomar mejor el sol.