Crónica cuasi taurina de una faena mal aliñá
Don Ricardo me cita desde no sé qué tendido (pues no soy entendido, qué bonito juego de palabras) para citar los cuatro aspectos que me parecen más negativos de la política del gobierno de Rodríguez Zapatero, con ocasión de cumplirse los primeros 100 días de su mandato.
Me parece difícil ajustar tanto, porque son muchas las cosas que veo negativas pero creo que falta un poco de perspectiva aún, en algunas de ellas, para soltar los toros (¡vaya!, otra expresión taurina). Sin embargo... ¡va por usted, maestro! (¡uy!), y además le premiaré no con cuatro, sino con seis temas, seis (¡córcholis!):
1. El apoyo, directo o indirecto, a directivas y tratados provenientes del ámbito de la UE que echan una pesada losa sobre siglos de conquistas sociales y laborales. Por un lado, el apoyo a la llamada Directiva de Retorno. Don Santi escribe al respecto en El arte de la guerra y hace una recomendación que yo procuraré seguir, cual es la de leerse detenida y completente el texto de la Directiva, pero, tal como le explico en un comentario a su post, yo creo que independientemente de los matices que se puedan descubrir en tal lectura, el mero hecho de que la Directiva deje abierta la puerta a una retención por dieciocho meses, equivale en la práctica, en los tiempos que corren, a la casi seguridad de que la mayoría de los sin papeles que lleguen a países europeos se verán "favorecidos" por esa medida, y que las autoridades competentes conseguirán encontrar siempre que quieran cuantas excusas sean necesarias para prolongar el plazo de retención desde los seis hasta los dieciocho meses.
Por otro lado, la abstención aprobadora que los eurodiputados socialistas dieron a una iniciativa que abre las puertas a una enormidad: la semana laboral de 65 horas. Los matices que se pueden hacer a este aserto son muchos, sin duda. Pero los matices, matices son, y no consiguen nunca cambiar el sentido central de algo. No necesitamos 65 horas de trabajo en ningún sitio de Europa. No, al menos, la mayoría de las y los ciudadanos. Y eso no tiene vuelta de hoja.
2. El apoyo incondicional a las medidas contra la privacidad y la intimidad. Las cartas que la ministra del ramo ha echado sobre la mesa indican que hay voluntad y pensamiento de seguir de cerca los pasos que ha empezado a dar Sarkozy en Francia, con su legislación en ciernes para espiar Internet. La excusa es la de siempre, la lucha contra la piratería. Un tema que funciona exactamente igual que el del terrorismo para todos aquellos estados que quieren invadir otro estado y desean ir con una bonita justificación por delante. En esto nos estamos jugando mucho más que la batalla por descargar canciones gratis. Nos jugamos la continuidad de Internet como un espacio relativamente libre, con la posibilidad de que se acabe convirtiendo en otro estado ocupado más.
3. Las medidas fiscales. Lo de los 400 euros ya me pareció de coña, pero cuando se ha visto cómo lo instrumentalizan, la risa ya me hace desencajar las mandíbulas. Han tenido la habilidad de ofrecer algo que suena a que todo el mundo va a recibir 400 euros (cantidad, en cualquier caso, más bien risible), y la verdad es que sólo una fracción de las y los españolitos van a saborearlo, y además lo van a hacer a cachitos y casi sin darse cuenta... que es lo peor que puede ocurrir con una "paga extra". Aparte de esta medida concreta, el PSOE ha ido cayendo (no sólo al comenzar esta legislatura, también en la anterior) en el juego de comprar votos vendiendo el superavit. Es algo que atenta contra el espíritu de cualquier progresista que pretenda defender un Estado con crecientes garantías y servicios.
4. La desidia ante la práctica evidente de privatización de los dos servicios públicos esenciales para una sociedad: la sanidad y la educación. No sólo es en la Comunidad de Madrid, aunque quizás sea el sitio donde más espectacular sea el proceso. Es en casi todas las comunidades, al menos las gobernadas por el PP, donde se está procediendo a un auténtico expolio del patrimonio social de este país. Y esas grandísimas conquistas, la sanidad y la educación públicas, están deshaciéndose trocito a trocito. El Estado debe intervenir para preservar un bien común de más importancia que el Estado de las Autonomías.
5. La práctica contradictoria del Gobierno respecto a las cuestiones relacionadas con la religión. Ya en la anterior legislatura pudimos comprobar cómo a las palabras acres y subidas de tono de significados miembros del Gobierno, se sucedían achantes y agachadas de oreja cuando se trataba de confrontar en la práctica las actitudes levantiscas de la más golpista de las religiones, cual es la católica. Veo más de lo mismo ahora y no me gusta, no me gusta nada...
6. La renuncia a frenar el avance de la ideología ultraderechista en la sociedad. Esto no puede basarse en tal o cual hecho concreto. Es, más bien, aquello que el Gobierno no hace lo que me indigna. Durante los cuatro años de la legislatura pasada tuvimos que aguantar manifestaciones desbordadas de nostálgicos franquistas anidados en el propio PP, que salían a la calle sin careta y provistos de su aguilucho sobre rojo y gualda. Ahora, con el Congreso del PP todavía reciente, se ha acallado bastante esa actitud, pero no hay que engañarase. Todos los que se manifestaron, agredieron y atemorizaron, siguen vivos, siguen activos y siguen en los mismos sitios. Volverán cuando lo crean necesario, si nadie se opone, si nadie les detiene del todo. Un gobierno de izquierda tiene esa responsabilidad.
Y como la inoperancia de Vodafone para solucionar mis problemas de cobertura 3G para conectarme a Internet me tiene muy descolgado, y a consecuencia de ello este meme lo respondo con retraso, yo se lo paso a otros tres, a la espera de que cuando les llegue aún no hayan contestado. Y son: doña Tania, don Santi y Animal
Me parece difícil ajustar tanto, porque son muchas las cosas que veo negativas pero creo que falta un poco de perspectiva aún, en algunas de ellas, para soltar los toros (¡vaya!, otra expresión taurina). Sin embargo... ¡va por usted, maestro! (¡uy!), y además le premiaré no con cuatro, sino con seis temas, seis (¡córcholis!):
1. El apoyo, directo o indirecto, a directivas y tratados provenientes del ámbito de la UE que echan una pesada losa sobre siglos de conquistas sociales y laborales. Por un lado, el apoyo a la llamada Directiva de Retorno. Don Santi escribe al respecto en El arte de la guerra y hace una recomendación que yo procuraré seguir, cual es la de leerse detenida y completente el texto de la Directiva, pero, tal como le explico en un comentario a su post, yo creo que independientemente de los matices que se puedan descubrir en tal lectura, el mero hecho de que la Directiva deje abierta la puerta a una retención por dieciocho meses, equivale en la práctica, en los tiempos que corren, a la casi seguridad de que la mayoría de los sin papeles que lleguen a países europeos se verán "favorecidos" por esa medida, y que las autoridades competentes conseguirán encontrar siempre que quieran cuantas excusas sean necesarias para prolongar el plazo de retención desde los seis hasta los dieciocho meses.
Por otro lado, la abstención aprobadora que los eurodiputados socialistas dieron a una iniciativa que abre las puertas a una enormidad: la semana laboral de 65 horas. Los matices que se pueden hacer a este aserto son muchos, sin duda. Pero los matices, matices son, y no consiguen nunca cambiar el sentido central de algo. No necesitamos 65 horas de trabajo en ningún sitio de Europa. No, al menos, la mayoría de las y los ciudadanos. Y eso no tiene vuelta de hoja.
2. El apoyo incondicional a las medidas contra la privacidad y la intimidad. Las cartas que la ministra del ramo ha echado sobre la mesa indican que hay voluntad y pensamiento de seguir de cerca los pasos que ha empezado a dar Sarkozy en Francia, con su legislación en ciernes para espiar Internet. La excusa es la de siempre, la lucha contra la piratería. Un tema que funciona exactamente igual que el del terrorismo para todos aquellos estados que quieren invadir otro estado y desean ir con una bonita justificación por delante. En esto nos estamos jugando mucho más que la batalla por descargar canciones gratis. Nos jugamos la continuidad de Internet como un espacio relativamente libre, con la posibilidad de que se acabe convirtiendo en otro estado ocupado más.
3. Las medidas fiscales. Lo de los 400 euros ya me pareció de coña, pero cuando se ha visto cómo lo instrumentalizan, la risa ya me hace desencajar las mandíbulas. Han tenido la habilidad de ofrecer algo que suena a que todo el mundo va a recibir 400 euros (cantidad, en cualquier caso, más bien risible), y la verdad es que sólo una fracción de las y los españolitos van a saborearlo, y además lo van a hacer a cachitos y casi sin darse cuenta... que es lo peor que puede ocurrir con una "paga extra". Aparte de esta medida concreta, el PSOE ha ido cayendo (no sólo al comenzar esta legislatura, también en la anterior) en el juego de comprar votos vendiendo el superavit. Es algo que atenta contra el espíritu de cualquier progresista que pretenda defender un Estado con crecientes garantías y servicios.
4. La desidia ante la práctica evidente de privatización de los dos servicios públicos esenciales para una sociedad: la sanidad y la educación. No sólo es en la Comunidad de Madrid, aunque quizás sea el sitio donde más espectacular sea el proceso. Es en casi todas las comunidades, al menos las gobernadas por el PP, donde se está procediendo a un auténtico expolio del patrimonio social de este país. Y esas grandísimas conquistas, la sanidad y la educación públicas, están deshaciéndose trocito a trocito. El Estado debe intervenir para preservar un bien común de más importancia que el Estado de las Autonomías.
5. La práctica contradictoria del Gobierno respecto a las cuestiones relacionadas con la religión. Ya en la anterior legislatura pudimos comprobar cómo a las palabras acres y subidas de tono de significados miembros del Gobierno, se sucedían achantes y agachadas de oreja cuando se trataba de confrontar en la práctica las actitudes levantiscas de la más golpista de las religiones, cual es la católica. Veo más de lo mismo ahora y no me gusta, no me gusta nada...
6. La renuncia a frenar el avance de la ideología ultraderechista en la sociedad. Esto no puede basarse en tal o cual hecho concreto. Es, más bien, aquello que el Gobierno no hace lo que me indigna. Durante los cuatro años de la legislatura pasada tuvimos que aguantar manifestaciones desbordadas de nostálgicos franquistas anidados en el propio PP, que salían a la calle sin careta y provistos de su aguilucho sobre rojo y gualda. Ahora, con el Congreso del PP todavía reciente, se ha acallado bastante esa actitud, pero no hay que engañarase. Todos los que se manifestaron, agredieron y atemorizaron, siguen vivos, siguen activos y siguen en los mismos sitios. Volverán cuando lo crean necesario, si nadie se opone, si nadie les detiene del todo. Un gobierno de izquierda tiene esa responsabilidad.
Y como la inoperancia de Vodafone para solucionar mis problemas de cobertura 3G para conectarme a Internet me tiene muy descolgado, y a consecuencia de ello este meme lo respondo con retraso, yo se lo paso a otros tres, a la espera de que cuando les llegue aún no hayan contestado. Y son: doña Tania, don Santi y Animal
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