El Oráculo de Compostela
Habló el Oráculo y quedaron pasmados los creyentes que a la puerta de la cueva aguardaban impacientes su señal. Rajoy ha emitido un dictamen que en primera instancia parece muy contundente, colocando a su mano derecha como portavoz en el Congreso y lanzando a diestro y siniestro mensajes claros de qué tiene que cambiar y dónde (Catalunya, supongo, y Andalucía) y quiénes han sido buenos chicos (Valencia y Madrid).
Pero tras esa primera impresión resurge la duda, porque si bien en Valencia la cosa está clara (Camps ganó hace tiempo, y no ahora, su pelea con Zaplana), en Madrid, no. Y es en Madrid donde el gallego brujo (que no me refiero a Amancio, señores) ha vuelto a quedarse entre Pinto y Valdemoro, sin decir si son galgos o podencos... Porque en Madrid no se puede utilizar el criterio de los resultados obtenidos para dilucidar por quién se inclina. Tanto Esperanza Aguirre como Alberto Ruiz Gallardón pueden apuntarse el tanto de los buenos resultados (más evidentes en la ciudad que en la Comunidad, pero bueno...).
Un dato a tener en cuenta es que Aguirre ha considerado prudente no levantar mucho la voz tras el batacazo recolectado en las elecciones por buena parte de sus seguidores en el PP. Y es raro, porque la señora marquesa, tipití, tipitesa, tiene mucha inclinación a llevar siempre la ofensiva. Ruiz Gallardón parece haber recuperado su soberbia apenas maquillada por el look de buen chico que tanto le gusta ofrecer, y se ha atrevido a retomar la pelea a muerte con su rival femenina, esta vez con la excusa de las obras del eje Prado-Recoletos.
Total, que en aquello que más morbo da en lo que a la actualidad del PP se refiere, de nuevo nos ha dejado Mariano con la miel en los labios.
¡Dios, ya no aguanto más, que nos diga de una vez con quién está, si con Espe o con Alberto...!
Pero tras esa primera impresión resurge la duda, porque si bien en Valencia la cosa está clara (Camps ganó hace tiempo, y no ahora, su pelea con Zaplana), en Madrid, no. Y es en Madrid donde el gallego brujo (que no me refiero a Amancio, señores) ha vuelto a quedarse entre Pinto y Valdemoro, sin decir si son galgos o podencos... Porque en Madrid no se puede utilizar el criterio de los resultados obtenidos para dilucidar por quién se inclina. Tanto Esperanza Aguirre como Alberto Ruiz Gallardón pueden apuntarse el tanto de los buenos resultados (más evidentes en la ciudad que en la Comunidad, pero bueno...).
Un dato a tener en cuenta es que Aguirre ha considerado prudente no levantar mucho la voz tras el batacazo recolectado en las elecciones por buena parte de sus seguidores en el PP. Y es raro, porque la señora marquesa, tipití, tipitesa, tiene mucha inclinación a llevar siempre la ofensiva. Ruiz Gallardón parece haber recuperado su soberbia apenas maquillada por el look de buen chico que tanto le gusta ofrecer, y se ha atrevido a retomar la pelea a muerte con su rival femenina, esta vez con la excusa de las obras del eje Prado-Recoletos.
Total, que en aquello que más morbo da en lo que a la actualidad del PP se refiere, de nuevo nos ha dejado Mariano con la miel en los labios.
¡Dios, ya no aguanto más, que nos diga de una vez con quién está, si con Espe o con Alberto...!
Comentarios
Una vez creyó que tenía que apoyar a Aguirre pues ganó la batalla del partido en Madrid a Gallardón por goleada.Sin embargo, luego se ha dado cuenta que la Condesita fuera de Madrid no se come ni un colín.
Por eso, está a la expectativa y no se inclina por ninguno. Porque los tiene por perdedores a ambos. El futuro es Valencia y se llama Camps y González Pons.
Salud y República
Intuyo que, si le hacen la vida imposible, dará paso a una tercera vía que andará o bien por la costa levantina (arriba o abajo) o bien en sus tierras galaicas.
Abrazos varios.
Estoy de acuerdo con Rafa y Animal en que el PP de Madrid se va a quedar ahí aparcado, en beneficio de Valencia.