En contra del bipartidismo impuesto artificialmente

Por si fuera poco la medida antidemocrática de marginar descaradamente a todas las fuerzas políticas que no sean el PSOE y el PP del debate de máxima altura que se tiene previsto realizar en varias cadenas de television de cara a las elecciones del 9 de marzo, por si fuera poco eso, digo, va ahora la versión digital de 20 Minutos y propone un debate on line entre Rajoy y Zapatero exclusivamente.

Los medios de comunicación hace mucho tiempo que dejaron a un lado cualquier tentación ética y se lanzaron a tumba abierta por la cuesta abajo de la rentabilidad comercial para convertir la política en un show, y en ser ellos quienes lo ofrecen. No voy a abundar ahora, por lo tanto, en una crítica que quedaría reiterativa.

Pero de las organizaciones de izquierda como tales y de sus militantes y simpatizantes a título individual, sí espero otra cosa. Espero una defensa de los derechos de expresión reales del resto de fuerzas políticas que lleve a solicitar a 20minutos.es que dé marcha atrás en su propuesta, o que la complete incorporando al debate a todas las fuerzas políticas que se presenten a las elecciones en todas las circunscripciones (acepto que extenderlo absolutamente a todas, aunque se presenten en dos provincias, sería convertir el debate en inviable) y que quieran participar en el mismo.

Habrá quien diga: "la gente que milita en el PSOE no tendría por qué apoyar esta petición, ya que es lógico que les parezca bien que sea el suyo el único partido de la izquierda que esté en el debate propuesto". Pues no, no es lógico. Desde la perspectiva ética de la izquierda (sea cual sea la organización en que se concreta esa tendencia política), es lógico y lícito el apoyo particular, expresado en el voto, y también la búsqueda de apoyos de otras personas, para la fuerza política a la que se pertenece. Pero una cosa es el voto y otra la libertad de expresarse y debatir, de que se conozcan las diferentes propuestas. Para eso, da igual que el partido al que uno pertenece sea el mayoritario y ya vaya a estar representado en un evento así. Lo que importa es la defensa de unas buenas prácticas democráticas, que permitan la mejor información al electorado, y no de abusar de la posición de supremacía que uno pueda disfrutar.

Sinceramente creo que si no encontramos en las gentes de izquierda, independientemente del partido en el que militen o con el que simpaticen, una repulsa de esta propuesta fomentadora del bipartidismo y limitadora del derecho a la información, y un apoyo a su ampliación en términos razonables, habrá que tomar como una agresión un silencio que no dejaría de ser cómplice.