El voto de centro y el de la izquierda "volátil"

Leo en Altersolcialismo (una bitácora seria e interesante, absolutamente alejada de la farfolla y del divismo bloguero tan habitual en otros lares) la reproducción de un artículo de César Molinas sobre el voto en España. Es una reflexión acerca de lo que el autor califica de error de apreciación de quienes repiten constantemente que la clave de cualquier victoria electoral en nuestro país pasa por ganarse al electorado de centro. Molinas argumenta que en realidad es el electorado que él engloba en lo que llama "izquierda volátil", el que decide realmente los resultados en unas elecciones generales.


Hay en la reflexión una cuestión histórica previa de precisión que me parece importante subrayar: Molinas se refiere al precedente que los anarquistas españoles de los años treinta significaron respecto a esa "izquierda volátil". Yo creo que aquellos anarquistas no pueden ser calificados de esa forma ya que, refiriéndose obviamente el sentido de este término al carácter errático del voto, los anarquistas no participaban de esa característica. Su abstención era una postura muy fundamentada -independientemente del acuerdo que suscite en nosotros- y extremadamente organizada, lo que la aleja de ese erratismo al que me refería.

Y en cuanto a la noción de "centro" que el autor maneja, me ofrece un problema serio. Me parece excesivamente simplificador decir que centro es aquello que se mueve entre el PP y el PSOE. Ese sector, efectivamente, es relativamente insignificante en España, razón por la cual no ha habido nunca espacio para un auténtico partido de centro (que para mí siempre es un partido de derecha, si bien más conservador que lo que puede ser "nuestro" PP) a excepción de los primeros años de la Transición (época en que prosperó mucho más allá de lo habitual el miedo a los extremos). Pero que sea insignificante el sector centrista no significa que no haya un electorado calificable de tal. Lo que ocurre es que al no tener una formación estable a la que votar (como sí ocurre en cambio en Francia), su voto oscila entre el PSOE y el PP dependiendo de multitud de circunstancias.


Se trata de circunstancias, además, muy difíciles de evaluar. A veces, un acontecimiento de última hora (los atentados del 11-M fueron un ejemplo emblemático) pueden hacerles reaccionar impulsivamente en un sentido. Un atentado terrorista de ETA pocos días antes de las próximas elecciones de marzo podría conducirles en sentido opuesto. Es muy difícil orientar (y, por tanto, conseguir) el voto de ese electorado precisamente porque no se mueven tanto con criterios políticos sopesados, sino más bien por impulsos bastante espontáneos. En este electorado puede pesar más el ridículo de ver que a Rajoy se le vuele el peluquín en un acto electoral (si lo llevara), que cuestiones más consistentes como pueden ser los programas electorales o la valoración de la experiencia de gobierno habida.


Por otro lado, Molinas reconoce explícitamente que su análisis deja de lado el factor decisivo que el sistema de reparto de escaños juega en los resultados finales de unas elecciones. Porque, a diferencia de como debería ser, los resultados sólo tiene sentido medirlos con la vara de los escaños parlamentarios obtenidos, no con el rasero del apoyo global. Esto último está bien para consolarse del disgusto de ver cómo el oponente va a gobernar los cuatro próximos años, pero para poco más.


Sin embargo, no quiero dejar de expresar mi completo acuerdo con otras partes del artículo. Así, por ejemplo, es digna de mención la valoración que se hace sobre la influencia que el voto (o no voto) a IU tiene sobre los resultados del PSOE. Y me parece también interesante la valoración del párrafo final del artículo, en el que creo que César Molinas hace un atinado resumen de cómo es el voto de lo que hay en España a la izquierda del PSOE. Lean, si no, esto: "La izquierda volátil es un conjunto heterogéneo con pocos denominadores comunes, todos ellos negativos. Es común su rechazo frontal al PP y a todo lo que representa la derecha. Es común también su desdén hacia el PSOE, al que votan tapándose la nariz cuando le votan".

Así me parece a mí también que va el tema.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias por los comentarios sobre mi blog pero no me los merezco.

Este articulo apareció en "El País" y semanas despues o antes aparecio otro articulo en "El País" que sostenia que la clave estaba en los votantes de "centro".
Entendiendo como "centro", como bién dices ese espacio fluctuante de votantes entre PSOE y PP que aunque reducido existe.

Supongo que en la realidad se da la mezcla de ambas hipotesis.
Anónimo ha dicho que…
Esos cometarios acerca de donde está la victoria electoral , son el pan nuestro de cada dia en todas las generales y otras que recuerdo . Solo veo una novedad , la relativa a la manipulación de las elecciones en los dias previos a la cita con las urnas . Me refiero a la entrada en escena de poderes ocultos , que mas allá de fachadas ( ETA , islamismo ... ) , decidan orientar las elecciones . De suceder eso , otro "atentado terrorista" un dia o dos antes , la versión oficial de los atentados del 11M , va a enfrentar una dura prueba . Un buen conocedor de esos poderes ocultos , es Daniel Estulin . En su texto "Los Señores de las Sombras" se olvida de la habitual inclinación de los periodistas de los medios corporativos de considerar a los terrritas como "locos aislados" . Los pone en relación con intereses habituales , con personas públicas . Mi dirección de correo electrónco es limpisimo@hotmail.com , si alguien quisiese escribirme sería bienvenido .
Anónimo ha dicho que…
Otra vez el pesado que promociona el libro del estulin por todo los blogs
Anónimo ha dicho que…
El artículo de César Molina me parece bastante interesante. Desviar la clave electoral del centro, ese centro que se supone que existe entre PP y PSOE, es un aliciente, un acierto.

Como socialista me gustaría que mi partido buscara más el refrendo del voto volátil de la izquierda al voto centrista, el situado entre lo más derechista del PSOE y lo más moderado del PP.