Consecuencias inexorables

Ciertamente el asesinato de la señora Bhutto es preocupante, no hay más que pensar en las consecuencias geoestratégicas que puede acarrear. Por su parte, el nuevo tour de force del señor Rajoy clamando por el consenso y augurándolo caso de ser elegido presidente, asombra y añade arrugas en nuestras caras, ya de por sí acostumbradas a poner gesto de estreñimiento cada vez que habla el líder del PP. La persistencia de Al Qaeda en sus acciones terroristas entristecen y desasosiegan el alma. Las subidas masivas de precios arruinan nuestras más humildes perspectivas para el año entrante. ¡Y qué decir de la incalificable actitud del señor presidente de la República Francesa...!

Y sin embargo, hay algo mucho más doliente, mucho más lacerante. Hay algo que por más que queremos evitar, no lo conseguimos y, vez tras vez, nos vemos enfrentados a sus inexorables y arrasadoras consecuencias.

A partir de dentro de dos días y a lo largo de trescientos sesenta y cinco, ustedes y yo cumpliremos un año más. No se esfuercen en intentar soslayarlo. No se puede. Sólo un improbable viaje en el tiempo podría, quizás, favorecernos con la clásica paradoja de vernos a nosotros mismos en nuestra tierna infancia, o en nuestra apasionante juventud. Pero no sé si merece la pena.

Vamos a ser más viejos.

Comentarios

RGAlmazán ha dicho que…
Don Antonio no sea Ud. pesimista. La vida siempre merece la pena ¿o no? Pues me ha venido la duda... Como es Ud., hace de pepito grillo y me hace reflexionar. Así no vamos a ningún sitio. A ver si se entera de que estos días hay una obligación de pensar en cosas bonitas, mejor dicho de no pensar, y de ser feliz.
Rebelde, que es Ud. un rebelde.

Salud y República
Anónimo ha dicho que…
Así será, caballero... y que usted los cumpla bien...
Feliz 2008!!