Ablación: ¿cultura o delito?

Qué contradictorio se vuelve todo cuando se sale del sota, caballo y rey del ataque a los liberales malos (que lo son) y a los fachas asesinos (que también). Hace no tanto tiempo mantuve un mini-debate con don Fritz en su bitácora acerca del multiculturalismo, debate que tuvo un cierto interés para mí porque hace mucho tiempo que vengo intentando hacer frente a la contradicción que se me crea cuando quiero, por un lado, defender el derecho de las y los inmigrantes a mantener su cultura y, por otro, defender el derecho de mantener las conquistas sociales y personales que llegaron junto con esta democracia débil, pero democracia, que tenemos.

Leo ahora que de forma generalizada se da, entre las personas provenientes de zonas en que se da este rito, una práctica sistematica de la ablación sobre las niñas de estos inmigrantes. Y esto me lleva a recordar la contradicción antes mencionada. ¿Es paternalista y prepotente hacer ver a estas personas que esa costumbre no sólo contradice unos determinados principios de respeto a la integridad física de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, raza, religión, etc., sino que también atenta contra otros derechos reconocidos y que nos parecen muy bien (los de la infancia, por ejemplo)?

Según cuentan, las asociaciones y personas que trabajan más de cerca con estos inmigrantes intentan convencerles con razonamientos de lo indeseable de la práctica de la ablación. Eso está bien. Pero también creo que habría que hacerles ver todas las veces que haga falta que aparte de ser indeseable, es ilegal, e impedírselo. Otra cosa es que haya multitud de costumbres de pésimo gusto y a todas luces ilegales que no sean los jueces capaces de erradicar de otras culturas.

Tiempo al tiempo, seguro que algún día Garzón sentará a Bush en el banquillo de los acusados.

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