Otras ocho cositas de nosotros mismos

Aprovechándose del letargo veraniego y de mi sorprendente abandono por unos días de la vigilencia extrema a que someto a las bitácoras amigas y enemigas (porque ellas lo quieren, que conste), me deja doña Scout Finch un pasalabola en su blog, que es una variante del penúltimo que circuló por este lado de la blogosfera, llamado "del ocho".

Aquí van mis respuestas, con la solemne promesa para doña Scout de que pagará caro este atrevimiento, que ya me encargaré yo de que así sea.

1. Un rasgo de carácter. No sé si la bipolaridad será conisderada como un rasgo de carácter, pero a veces creo que yo la poseo en grado altamente desarrollado. Tan pronto me siento dialogante hasta la nausea, como violento e iracundo (sin mayúscula, no quiero comparaciones). Puede que sea un efecto residual del paso de la post-juventud a la pre-senilidad, que es como creo yo que mejor se define esa tierra de nadie en que habitamos los de cincuenta.

2. Una confesión. Soy agente doble trabajando para el CNI y para la URSS (¡lástima que ya no exista la KGB, con el caché que tenía...!)

3. Una virtud y un defecto. Me considero generoso, a veces, en grado sumo (aclararé que esta es la virtud) y bastante inconstante si nadie me pica para lo contrario (el defecto).

4. Un desahogo. ¿De qué índole? Prefiero no hablar si no es en presencia de mi abogado.

5. Un secreto. No tengo secretos (es muy cansado), pero no se lo digan a nadie.

6. Un anhelo. Por cursi que parezca, me seguiría gustando lo que más (como diría un amigo mío) que se alcanzase en el mundo un grado razonable de distribución de la riqueza. Lo demás, creo, vendría por sí solo.

7. Un deseo. No acabo de ver clara la diferencia entre anhelo y deseo. Suponiendo que el primero sea de más altos vuelos y el segundo, más de nadar por casa, digamos que mi deseo mayor es llegar a ver a mi hijo convertido en alguien que nos encante a él y a mí. Si puedo expresar otro deseo, diré que el anterior no estaría completo si no es compañía de mi mujer.

8. Un temor. Quedarme en la calle con una mano delante y otra detrás. Es inevitable a medida que se van teniendo más años.

Conscientemente no voy a fisgar para ver quiénes han recibido ya este pasalabola (exceptuando las otras personas a quienes doña Scout pasó el relevo) y me lanzo a la piscina con don Javier, de Acero Bolchevique; doña Tania, de Sin encambio avanzamos; y a don Filo de Espada.

Con Dios.

Comentarios

garib ha dicho que…
Ya sabía yo que usted era de la KGB, el enlace de "A sueldo de Moscú" no hacía sino que confirmarlo sin duda alguna. Tal vez tenga un rato para un breve cursillo de introducción para chequistas noveles, ya que me han etiquetado de tal guisa y no sé muy bien como debo comportarme para ejercer como es debido.

Por cierto, antes de que usted haga pagar algo a scout va a tener que vérselas con mi sable, que sé usar muy bien.
AF ha dicho que…
Repórtese, amigo Garib, refrene su juvenil fogosidad. La cuenta que pienso hacer pagar a doña Scout jamás podría ser pagada con su sable. La luz, como sabe, está en horas bajas, especialmente en Barcelona.

Un saludo.
Scout Finch ha dicho que…
Don Antonio, qué obediente es usted. Paso por alto su intención de hacerme pagar caro mi atrevimiento, que ya sé yo que es usted más bueno que el pan.

Querido Garib, gracias por salir en mi defensa (otra vez). Los blogueros chequistas y malvados censores de la libertad de expresión de los trolls tenemos que estar unidos.

Besos para ambos.