Usted perdonará

Enrique Múgica Herzog es un notorio conservador, por decirlo suavemente. Le viene de lejos su primadonismo al encarar cuestiones tradicionalmente espinosas, como puede ser el apoyo a la causa israelí frente a la palestina y, por extensiòn, la árabe. Ahora, desde su atalaya de Defensor del Pueblo, entra en otro tema espinoso, y yo creo que hay que agradecérselo, pero por la entrada que hace y no por la salida.

No creo que sea el único que, desde las filas de la izquierda y, desde luego, desde la derecha, manifiestan una extrema preocupación por los síntomas generalizados de pérdida del sentido del respeto y de los referentes éticos que se puede ver entre las generaciones jóvenes, entre los doce y los veinte años. Yo, desde luego, creo percibir ese problema y me preocupa.

La cuestión es que, para mí, la pérdida del respeto no es un problema de individuo frente a individuo (alumno frente a profesor, hijo frente a padre o frente a madre), sino colectivo (las y los jóvenes frente al conjunto de la sociedad). La razón que se encuentra más al fondo de este fenómeno, creo yo, es que la sociedad española se ha vuelto básicamente no respetable. Malamente se puede esperar que una parte de sí misma sea respetuosa con el todo cuando el propio todo no se autorespeta.

No es la primera vez en la historia que una sociedad no es respetable. En diferentes épocas ha habido sociedades en las que la mezcla de corrupción con la pérdida de valores éticos y políticos (cosas muy relacionadas entre sí, evidentemente) han fraguado un entorno irrespirable. La diferencia radica en la presencia o ausencia de modelos alternativos a la degradación instalada.

A los buenos burgueses de principios a mediados del siglo pasado, les horrorizaba y les parecía degradada la sociedad comunista que llegó a existir, tal y como la veían, pero contaban con modelos fuera de esa sociedad comunista que les servían como referencia y consuelo. Al contrario, para muchos comunistas de distinto pelaje, la existencia de la URSS y, después de la Segunda Guerra Mundial, de otros regímenes asimilables, supuso un referente y un norte al que encaminar sus pasos (sin entrar en valorar lo adecuado o no de ello). Pero la sociedad española de hoy no cuenta con nada alternativo. Lo que hay fuera difiere demasiado poco y en demasiados pocos aspectos.

Yo no creo que esto se resuelva con una vuelta al trato de usted en las aulas. Por mi parte, sin embargo, lo mantendré en mi blog, por si le sirve al señor Múgica.

ACTUALIZACIÓN
Y en 20 Minutos tienen colgada esta encuesta, con estos resultados...

Comentarios

Hombre, Don Antonio, que Enrique Múgica Herzog tenga cierta postura pro-israelí no es de estrañar dado su orígen. De todas formas el pro-palestinismo a ultranza me causa cierto repelús.
En el resto de su post puede que no le falte razón, aunque, ¿no cree usted que el esceso de permisividad también tiene sus consecuencias?. Yo conozco jóvenes que son respetuosos con los demás, les diferencia de los otros únicamente la actitud activa de sus padres en lo que a educación se refiere. ¿No cree que demasiadas familias están infestadas de una tolerancia que se traduce en pasividad?
Elucubraciones de las mías, como siempre muy por debajo del nivel de las suyas.
Un saludo.
RicardoRVM ha dicho que…
Pues a mí, como creo que tengo demostrado, el trato de usted me parece bonito y tranquilizador. Así, de primeras, desconfío de quienes me tratan de tratan de tú sin conocerme.

EN cuanto al tema del asunto, que tengo yo ya hablado con don AF en persona y con sendos codillos -o piezas similares- de por medio, he de decir que me parece que nuestros jóvenes son unos mal educados, y que como he dicho en otras ocasiones una buena bofetada resuelve muchos problemas a tiempo, y que hace falta disciplina.

Y que todo esto lo decía mi abuelo -mi padre era de tendencias liberales tirando a libertinas- y que yo no he salido ni traumatizado, ni belicista ni nada.

Y tenía juguetes bélicos.

La letra con sangre entra.

Me voy a cenar.
AF ha dicho que…
Don Filo, don Filo, no ironice usted, que sabe que tengo en muy alta estima las elucubraciones de casi todas y todos los comentaristas que por aquí aparecen. Y sepa que estoy más de acuerdo que en desacuerdo con usted.

(Este don Ricardo..., cómo es)
Pero hombre Don Ricardo, ¿no le enseñó su abuelo a cenar a una hora decente?. De poco valieron las bofetadas entonces, como tampoco valen ahora.
Don Antonio, un poco de ironía bien llevada no viene mal a nadie.
Lo de los codillos es una puñalada trapera.
Blanca ha dicho que…
El tema judío-palestino es tan, pero tan complejo que no se puede despachar con simples comentarios y habría que remontarse a cientos de años...

El hecho de ser judío, querido filo, no presupone que todo el colectivo dé carta blanca a los israelíes, ni muchísimo menos. Conozco a muchos judíos (mi marido lo es) que está en contra de la política llevada a cabo por los actuales dirigentes israelíes y no hablo solo de los que viven en la diáspora desde hace siglos, sino de los que viven en Israel.

Múgica no dice lo que dice por ser o no ser judío, sino por ser un neo conservador, reconvertido no hace tanto por parte de las experiencias que le han tocado vivir o por su propio devenir histórico.

Tengo amigos muy queridos en Israel, constructores del estado socialista desde los kibuzs, que se juegan la vida a diario por ayudar a los palestinos y de los cuales nunca se habla... pero haberlos, haylos...
Maripuchi ha dicho que…
A mí no me parece que un bofetón sea la solución a nada. En realidad, un hijo no te va a tener más respeto en absoluto porque le des una torta de vez en cuando, más bien te tendrá miedo ... y no se deben confundir los cojones con las témporas.

Tampoco creo que tratar de usted cree un ambiente de mayor respeto .. y si no, mirad a FF Gómez ... váyase usté a la mierda, dijo...

Estoy más con Don Antonio... es un problema de educación y de referentes.
O sea, Doña Blanca, que defender a Israel es neoconservador. Entiendo pues que defender a Palestina es progresista. ¿A qué Palestina?, a la corrupta de Al Fatah o a la integrista de Hammas, mientras, claro, el pueblo llevándose las hostias de israelitas y de la facción palestina que toque en cada momento. Y que conste que no me gusta la política que hace Israel pero demonizar solo a unos tampoco es muy objetivo, por muy progresista que parezca.
Fernando Fernán Gómez mandó a la mierda a un señor, pero lo hizo con educación, como tiene que ser.