Abofetear a Zapatero en la cara de Sebastián
Se ha producido un interesante debate en los comentarios al post anterior. Me gustaría dejar claro por qué sí creo que tiene sentido, en palabras de Maripuchi, "abofetear a Zapatero en la cara de Sebastián" (asumo la expresión como frase hecha, pero no me acaba de gustar la implicación del bofetón, porque remite a un acto violento que, en esta ocasión concreta, no defenderia yo: no pretendo abofetear a ninguno de los dos).
Parto de la base de que lo que pretendo censurar y castigar es un hecho plenamente vinculado a estas elecciones locales: están impidiendo que se presenten candidaturas en 133 localidades.
En muchas de ellas, además, muy probablemente la candidatura de ANV fuese la mayoritaria, con lo que están impidiendo a la mayoría de la población votante, votar por un partido plenamente legal a quien querrian votar.
Esta es una conculcación de derechos inadmisible. Y daría igual, pensándolo bien, que los derechos conculcados pertenecieran a una esfera diferente de la municipal. De hecho, poniéndose en plan rigorista, uno debería pedir la suspensión de las elecciones o, en su defecto, no votar bajo ningún cncepto, por una cuestión de principios. Yo reconozco que me puede el lado pragmático y, como sé en qué derivaría una posición como esa, me avengo a comerme el sapo.
Comprendería plenamente vuestra postura si yo pretendiese dar ese bofetón "a cara cambiada" con motivo de un desacuerdo político y no de principios. Así, no me parecería lógico un castigo interpuesto porque Zapatero pretenda rebajar los impuestos a los más ricos. Pero aquí no hablamos de política, hablamos de principios democráticos, de reglas del juego que, al no respetarse, ponen en entredicho el juego mismo.
Un saludo.
Parto de la base de que lo que pretendo censurar y castigar es un hecho plenamente vinculado a estas elecciones locales: están impidiendo que se presenten candidaturas en 133 localidades.
En muchas de ellas, además, muy probablemente la candidatura de ANV fuese la mayoritaria, con lo que están impidiendo a la mayoría de la población votante, votar por un partido plenamente legal a quien querrian votar.
Esta es una conculcación de derechos inadmisible. Y daría igual, pensándolo bien, que los derechos conculcados pertenecieran a una esfera diferente de la municipal. De hecho, poniéndose en plan rigorista, uno debería pedir la suspensión de las elecciones o, en su defecto, no votar bajo ningún cncepto, por una cuestión de principios. Yo reconozco que me puede el lado pragmático y, como sé en qué derivaría una posición como esa, me avengo a comerme el sapo.
Comprendería plenamente vuestra postura si yo pretendiese dar ese bofetón "a cara cambiada" con motivo de un desacuerdo político y no de principios. Así, no me parecería lógico un castigo interpuesto porque Zapatero pretenda rebajar los impuestos a los más ricos. Pero aquí no hablamos de política, hablamos de principios democráticos, de reglas del juego que, al no respetarse, ponen en entredicho el juego mismo.
Un saludo.
Comentarios
Me resulta muy difícil seguir sosteniendo esta teoría cuando para acceder a un acto político tengo a cincuenta batasunos (entre ellos Joseba Permach) insultándome desde la acera de enfrente.
Del mismo modo que no hay que confundir ideas con violencia física, aunque ésta sea una consecuencia de aquella, para mí, Batasuna y ETA no son lo mismo, aunque una sea la rama ideológica de la otra.
Entiendo que Zapatero no pueda cavar su tumba política a costa de una ley, por muy arbitraria que nos pueda parecer a algunos. También entiendo tu descontento, que es el de muchos.
Pero por encima de todo, creo que la izquierda no puede, como ya he dicho y también otros han apuntado en el post anterior, rendirse.
Si no se ha derogado la ley de partidos es porque no hay suficiente "suelo" para hacerlo, así de claro.
Y eso se demuestra votando izquierda.
Desde luego, es mi opinión (modesta opinión).
Y entre la derecha rancia y la izquierda paraterrorista, ¿sabes quienes estamos en medio, Antonio? Pues tu, yo, Maripuchi y los millones de personas que queremos para nuestras vidas algo diferente a lo que algunos proponen... que no es perfecto, la primera que lo sé soy yo... hay una canción de Pablo Milanés que decía... "no vivo en una sociedad perfecta, no quiero que se le dé ese nombre..." etc., seguro que la conoces... pero se puede perfeccionar desde dentro, nunca de outsider.
Tío, hay que votar ...