Recuerdo de la barbarie. Recuerdo de la emoción.

No sólo hace tres años del mayor y más traumático atentado registrado en España. También hace tres años de la más emocionante demostración de solidaridad y unidad que recuerdo en este país. Tres años de un momento mágico que entre todos los madrileños y madrileñas, y por extensión todas y todos los españoles, fuimos capaces de crear antes de que los políticos de uno y otro signo (mucho más de un signo que de otros) vinieran a romperlo.

No creo que Pilar Manjón ni las víctimas o familiares de víctimas de aquel atentado se ofendan si prefiero recordar eso antes que la sangre y las ausencias. Aquéllo fue la vida dando de bofetadas a la muerte, y nada pudo impedir que en medio de la desolación más bárbara sentida nunca por pecho alguno, pudiera llegar al corazón helado de quienes quedaron vivos la palabra de ánimo cuando fue necesaria y el silencio respetuoso cuando hubo que expresarlo.

Y esos millones de lazos en las ventanas de las casas, en los cristales de los coches o en las solapas de los caminantes, que testarudamente sobrevivieron a los ecos mediáticos y demostraron que la memoria de la gente puede ser menos flaca de lo que muchos creen.

Pero después ha venido la sordidez, la vileza de unos negando el pan y la sal a quienes quedaron con la mitad de sus vidas presa de unos hierros retorcidos, y la demora de otros en dar justa resolución de ayuda material a quienes no podían mantener viva esa mitad que no murió del todo.

Y ha venido la incalificable desfachatez de quienes se han burlado, herido, vejado, insultado, vilipendiado, ofendido y regodeado con el sufrimiento de esas víctimas a quienes tanto dicen defender, segregando y marginando a las que no les han querido bailar el agua y abusando de su generoso carácter pacífico, que los villanos no merecen.

Ayer se manifestaron los villanos y tuvieron la poca vergüenza de hacerlo llamando a defender la nación española. Ésa a la que engañaron para no perder unas tristes elecciones y para meterla en una guerra absurda. Ésa a la que engañarían cuantas veces fuera necesario para volver a exprimirla y repartirse su hucha, de la mano de todos los Poceros que en el mundo hay.

Creo que el mejor homenaje a las víctimas del 11M y a sus familiares y allegados no es el simple recuerdo de lo ocurrido y de quienes lo sufrieron. Creo que el mejor homenaje sería hacer desaparecer de la tierra esas voces del pasado que quieren borrar nuestro futuro para conseguir que las víctimas no sean sólo las del 11M, sino todos nosotros, los que no somos como ellos.

Comentarios

Daniel Isaac ha dicho que…
...después de 24 horas de la manifestación le digo como me siento: indiferente, por muy importante que haya sido. No me duele nada más que el recuerdo del 11m. Que me duele. Ahí se estampen en su defensa de la patria como ellos la entienden.
Después del día de recogimiento de hoy, preparado estoy porque me han encontrado.
EL 17 TODOS A LA CALLE POR LA PAZ.

Un fuerte abrazo.