Codazos por un premio

Hace no mucho tiempo -un par de semanas, quizás- leí en el planet de Red Progresista una nota de un miembro de la red (siento no recordar de quién se trataba, pero sí sé que era conocido) en que daba a conocer su retirada del concurso de blogs que organiza el diario 20 minutos. Ahora leo también, en Nos gusta el agua, otra retirada -en este caso, más bien una expulsión que los editores del blog consideran injusta y van a recurrirla-. En ambos casos, la polémica ha rodeado a estos acontecimientos, y en ambos, también, por similares razones.

En el primero, porque el editor que se retiraba del concurso lo hacía como protesta por lo que consideraba prácticas repudiables por parte de algún concursante, en el sentido de recurrir a métodos mal vistos (spam, campaña abusiva de "marketing"...) para hacerse con votos. En el segundo caso, Álvaro y Alba, los editores, son acusados básicamente de lo mismo por 20 minutos, a raiz de una denuncia de otro concursante.

Comprendo que el premio a los 20 mejores blogs se ha constituido, tan sólo en dos ediciones, en un referente del mundillo. Comprendo también que no es sólo la honrilla lo que se juega en ésto, sino también un gran aumento de visitas que, a su vez, podría facilitar el acceso a publicidad de empresas o instituciones que tienen los ojos puestos en el fenómeno. Algo, pues, que, de cerca o de lejos, se puede traducir en dinero.

No hago reproches (¡cómo podría hacerlos!) a quienes mantienen una página web con fines comerciales y buscan para ella las mejores oportunidades de beneficio. Pero en el caso de las bitácoras personales la verdad es que me produce un poco de sarpullido este afán por ganar premios. En apariencia, el mero hecho de ofrecer tus opiniones a los demás y de que los demás las lean y te hagan partícipes, a su vez, de las suyas, debería bastar.

Ciertamente, el ego se infla cuando ves crecer el número de visitas en tu página. Quien tiene aspiraciones políticas ve en ello el auge de su estrella. Quien sólo pretende un diálogo (incluso un monólogo, también legítimo) está seguro de encontrar más interlocutores. Quien busca ligar cree que a más visitantes, más posibilidades de encontrar ligue.

Yo no me he presentado a estos premios por dos razones: la primera, que no tengo interés en obtener ninguno; la segunda, que mi bitácora es tan nueva y, sinceramente, tan poca cosa, que estoy seguro de no merecer ninguno. Ni me interesan ni los merezco.

Claro, siempre queda la duda: ¿y si yo anduviera en las 5.000 visitas diarias? No hay modo de responder a éso. Si algún día llego hasta ahí, juro que contaré a todo el mundo lo que me pase por la cabeza.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Creo legítimo que cada uno haga con su ego lo que le venga en gana. Hay gente pa tó, como dicen en mi pueblo.
Ahoa que ya les vale a los de 20 minutos no preveer la cantidad de ego-istas que hay.
Yo me lo pensé y decidí pasar de presentearme. Me estresan las competiciones.
Daniel Isaac ha dicho que…
joder, es que en algunos blogs ves cada comentario con el temita de los votos...
Rollo mafioso...y si no con cutre-estrategias de gran hermano...

lo dicho, qué pais!