Barcelona se peina hacia atrás y con gomina cara

Ésta es la frase con que Daniel Isaac finaliza un corto y brillante post que pone sobre la mesa un aspecto que ya parece olvidado: los oropeles del capitalismo financiero, el glamour de los grandes negocios, no son la única cosa respetable (¿lo son?) del mundo a la hora de juzgar el carácter de una ciudad.

Y si de Barcelona puede decirse lo que Daniel dice, ¿qué no podremos decir de Madrid?

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