Un boicot posible


Muchos han sido los intentos de boicotear los productos de una determinada empresa comercial. Quizás los más sonados han sido los dirigidos contra la Coca Cola, producto emblemático del capitalismo por antonomasia, sobre todo en otras epocas. Que yo sepa, al menos en España, todas las campañas fracasaron porque se dirigían contra productos con mucho arraigo (es el caso clarísimo de la propia Coca Cola). Aquí traigo a colación una nueva campaña, que tiene ya un tiempecito de vida, pero que me parece digna por la naturaleza del individuo contra quien va dirigida.

Se trata de F. James Sensenbrenner, senador norteamericano por el Partido Republicano, quien hace casi un año (el 16 de diciembre de 2005) puso en marcha una iniciativa legislativa contra la inmigración, denominada HR-4437, consistente en una serie de medidas de abierto corte racista y reaccionario. Entre ellas figuran la retirada de la nacionalidad estadounidense a los hijos de los inmigrantes nacidos en Estados Unidos, así como su deportación junto a sus padres. También propone castigar a quienes puedan dar conbijo o cualquier ayuda a un inmigrante ilegal, o a quien le alquile una vivienda o le dé un trabajo. Plantea también algo que, si bien no se ha realizado (debido, seguramente, a su coste desproporcionado), sí fue aceptado en teoría por la administración Bush: construir un muro a lo largo de toda la frontera con México.

Sensenbrenner es dueño de la empresa Kimberly Clark, que posee marcas tan conocidas como Scottex (papel higiénico), Huggies (pañales para bebés y similares) y, sobre todo, los populares pañuelos desechables Kleenex. Se trata de productos para los que existen alternativas fáciles y de calidad por precios similares o menores. Si usted es padre/madre y compra estas marcas, tenga por seguro que otras alternativas le resultarán igualmente satisfactorias.

Y lo más satisfactorio, si el boicot funciona, será saber en algún momento que este señor se ha jodido y, mejor aún, que la ley se ha retirado.

Comentarios