Yo, yo, yo...todas


Observen atentamente este montaje de los cuatro carteles con que han comenzado la campaña electoral de las Generales 2019 los cuatro principales partidos a nivel estatal. No sé si se darán cuenta así, de inmediato, pero les cuento mi sensación.

Todos los carteles, menos uno, tienen una fotografía del líder de ese partido como elemento predominante.

Todos los carteles, menos uno, lanzan mensajes ambiguos. En un caso es "Haz que pase", pero no queda claro si lo que tiene que pasar es que entre todas hagamos posible un gobierno de progreso, en el que queden solventadas cuestiones y promesas que el partido en cuestión hizo hace apenas unos meses y teniendo el Gobierno ya en sus manos, pero que no cumplió; o si se trata de que hacer que ese partido vuelva a gobernar este país con cierta comodidad, así sin más, sin saber exactamente para qué servirá eso. En otro caso el líder del partido en cuestión nos dice "Valor seguro", lo cual ya no es que sea ambiguo, es que se presta a interpretaciones lamentables: ¿valor en el sentido que se le da en Bolsa a la palabra? ¿Nos está pidiendo que "compremos" acciones de su partido, como si se tratase de una empresa que cotiza en el IBEX35? ¿O quizá que con él en el gobierno aquellos que más tienen verán asegurado su poder? En un tercer caso, el candidato lanza un "¡Vamos! Ciudadanos" que está construido mal, seguramente porque no puede construirlo de otra manera: el "Ciudadanos" quiere aparecer tanto en el sentido de un fin de frase ("¡Vamos, ciudadanos!") como en el de una firma ("¡Vamos!", firmado por Ciudadanos) Pero deja al público en la duda de cómo leerlo. La duda, ese fatal elemento que luego, ante la urna, se va a convertir en un descarte de papeleta.

Todos los carteles, menos uno, retocan la foto de su líder con distintos objetivos: en el primer caso, la cara ha sido sometida a un filtrado que le hace aparecer como una figura separada de la realidad concreta, casi como un comic años 30. Se ha abandonado el color y se ha optado por un monotono con un ligero virado al sepia. Se trata de una foto que quiere transmitir mucha historia a las espaldas de ese líder y del partido al que representa; los rasgos faciales, el peinado y el encuadre nos remiten a los planos y al prototipo varonil del cine de Hollywood de los años 30-40. En un segundo caso, los retoques son superconservadores, así como la elección de la vestimenta y del encuadre fotográfico. Es un líder que garantiza que las cosas sigan como están, en consonancia con el mensaje que lo acompaña. La verdad, no engaña a nadie. En el tercer caso, el encuadre cambia radicalmente y se muestra al líder en un típico "plano americano", en actitud de marcha, decidido y con el gesto duro del marine que avanza para tomar una posición enemiga. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.

Los colores no tienen misterio: en uno predomina el rojo, en otro el azul y en un tercero se procura una mezcolanza con el degradado del fondo, aunque se puede percibir el naranja entre los predominantes.

Y hay un cuarto cartel en el que no aparece ningún líder, sino un montón de gente en el fondo. Que se dirige directamente a quien "lee" el cartel con una frase que es un recordatorio y una advertencia al mismo tiempo: "La historia la escribes tú". Como no hay foto del líder, no hay un encuadre que destacar. Y el color predominante es claramente el morado, sin ambigüedades, rotundamente.

Es un cartel que habla con la gente desde la gente misma, pero que se dirige a cada persona con ese "tú" que interpela a la conciencia de cada cual. Que dice algo que hace pensar. Y que exhibe el morado como un color en el que se dan cita muchos otros colores pero que muchas mujeres perciben como más suyo, menos varonil, seguramente, que los otros.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Basar el voto en los carteles electorales no parece muy serio.

Esos carteles son diseñados por "expertos" en campañas que tratan de enviar un mensaje que poca gente entiende, posiblemente el mas percibido sea el que mas impacto visual tenga, por eso la foto del lider mirando de frente, para captar la atención de quien lo ve, sea el mas efectivo.

El último cartel, el de Podemos, no dice nada, no capta la atención, a primera vista ni parece un cartel electoral, posiblemente quien lo vea tarde en identificarlo. No se si el diseño de ese cartel se debe a que en Podemos ya no hay un lider claro o a que el sector que ha tomado el control del partido no ha permitido que aparezca el todavía lider, con el efecto colateral de perder toda la fuerza visual.



Antonio Flórez ha dicho que…
Borro el comentario de Anónimo... por ser anónimo. Ni admito ni respondo a mensajes de personas que no se identifican. Son cobardes y no se puede debatir con cobardes.