Homenaje al Madrid
Es curioso. Incluso en un día como hoy el sol brilla y las flores exhalan su maravilloso perfume. Unas pocas y retozonas nubes amables deambulan por el cielo haciendo resaltar más aún el profundo azul. Parado en una calle silenciosa, de buena mañana, miro a un lado y a otro de la calle y tan sólo escucho el gorjeo de los pájaros.
¡Qué profunda paz! ¡Qué bálsamo para el espíritu!
Y allá, lejanas y casi borrosas, unas mocitas madrileñas van alegres y risueñas, porque juega su Madrid.
(En homenaje a la clase obrera madrileña, fiel seguidora desde siempre del Madrid; y en menoscabo de la panda de chorizos usufructuarios del equipo, empezando por el presidente y terminando por la Lideresa, sin dejarnos en el tintero a la caterva de delincuentes deportivos que se atreven a pedir lo que piden de ficha más sueldo y que no son capaces de rendir lo que otros).
¡Qué profunda paz! ¡Qué bálsamo para el espíritu!
Y allá, lejanas y casi borrosas, unas mocitas madrileñas van alegres y risueñas, porque juega su Madrid.
(En homenaje a la clase obrera madrileña, fiel seguidora desde siempre del Madrid; y en menoscabo de la panda de chorizos usufructuarios del equipo, empezando por el presidente y terminando por la Lideresa, sin dejarnos en el tintero a la caterva de delincuentes deportivos que se atreven a pedir lo que piden de ficha más sueldo y que no son capaces de rendir lo que otros).
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¡Hala Madrid!