¡¡Papel pa' limpiarse el culo pa' los guardias de verde oscuro!!
No tengo más remedio que pararme a leer la noticia que 20 minutos ofrece sobre las dificultades de la Guardia Civil de Canarias para limpiarse el culo. No siendo el Día de los Inocentes, hay que suponer que todo será cierto y que la compañía de la Guardia Civil que presta servicio en la zona de Vecindario (Las Palmas), efectivamente lleva tres meses sin papel higiénico y que sus componentes (así como, es de suponer, aquellos detenidos que estén en sus dependencias) han de buscarse la vida en el bar de al lado, por recomendación casi expresa de sus mandos.
Habría que saber, claro está, a cuántos rollos asciende el suministro trimestral que el Cuerpo hace de este material, calificable sin duda de estratégico, pero así, en frío, parece que el comentario de los mandos del Instituto en Canarias es un poco improcedente: "A saber lo que hacen con el papel higiénico, que han gastado el de todo un trimestre en unas semanas...", dicen los jefes. Pues hombre, no se le ocurre a uno ningún gran negocio con el papel higiénico. Su volumen y bajo precio unitario lo hace inadecuado para contrabandear con él; la abundancia del producto en los supermercados de forma normal no ayuda tampoco a convertirlo en un bien precioso. Como posible instrumento de coerción para usar en hábiles interrrogatorios, parece que se queda un poco escaso. No sé, no sé...
Uno tiende a ver mucho más razonable la visión que los agentes tienen del tema: dicen que es lamentable "la vulgaridad" con la que la Comandancia ha tratado el asunto. Y es que se empeñan en mantener usos preconstitucionales respecto a los agentes y, con ello, obligan a una innecesaria solidaridad con éstos. Innecesaria sobre todo para aquellos que, debido en parte a una experiencia pasada absolutamente insatisfactoria, no digo que queramos ver desaparecida a la Guardia Civil, pero sí que no estamos demasiado tranquilos a su lado.
Pero de ahí a tenerles sin poder limpiarse el culo...
Habría que saber, claro está, a cuántos rollos asciende el suministro trimestral que el Cuerpo hace de este material, calificable sin duda de estratégico, pero así, en frío, parece que el comentario de los mandos del Instituto en Canarias es un poco improcedente: "A saber lo que hacen con el papel higiénico, que han gastado el de todo un trimestre en unas semanas...", dicen los jefes. Pues hombre, no se le ocurre a uno ningún gran negocio con el papel higiénico. Su volumen y bajo precio unitario lo hace inadecuado para contrabandear con él; la abundancia del producto en los supermercados de forma normal no ayuda tampoco a convertirlo en un bien precioso. Como posible instrumento de coerción para usar en hábiles interrrogatorios, parece que se queda un poco escaso. No sé, no sé...
Uno tiende a ver mucho más razonable la visión que los agentes tienen del tema: dicen que es lamentable "la vulgaridad" con la que la Comandancia ha tratado el asunto. Y es que se empeñan en mantener usos preconstitucionales respecto a los agentes y, con ello, obligan a una innecesaria solidaridad con éstos. Innecesaria sobre todo para aquellos que, debido en parte a una experiencia pasada absolutamente insatisfactoria, no digo que queramos ver desaparecida a la Guardia Civil, pero sí que no estamos demasiado tranquilos a su lado.
Pero de ahí a tenerles sin poder limpiarse el culo...
Comentarios
Un saludo.
Por otro lado, yo no sé que habrán hecho con el stock de un trimestre en unas semanas pero si puedo decir que yo tenía una compañera que una vez para darme un caramelo abrió el bolso y se le cayeron dos rollos de papel higiénico que habír socializado de donde trabajábamos. O sea que también hay estraperlo de los artículos más variopintos, como puede usted ver.
Salud y República
Un saludo.
Lo del estraperlo de rollos de papel higiénico, doy fe de que existe. En mi trabajo, había quien se ahorraba esa partida en la economía doméstica gracias a la empresa, lo cual, en principio, no me parece mal. El problema era que dejaba desabastecido el sector "Servicios" en el trabajo... y entonces, el contrabando lo sufríamos las demás.
Un pelín insolidarias... como los mandos de la Benemérita.