No me creo que Ruiz Gallardón se retire

Estar en política al nivel en que está el actual alcalde de Madrid, implica muchas cosas que no tienen que ver estrictamente con el interesado. Cosas que implican a otros que se relacionan con el alcalde, bien favoreciéndole con sus "atenciones", bien recibiéndolas de él. Si alguien que ocupa ese cargo y que da o recibe esas atenciones dice que se va a retirar, inmediatamente se produce un pequeño terremoto entre todas aquellas personas que se hallan en torno a él. Se instala en ellos el síndrome del huérfano político.
No es tan fácil para alguien que ha llegado al punto en que ha llegado Ruiz Galladón abandonar la política realmente, dejarlo todo e irse a casa. Se traban muchas relaciones, muchos lazos duraderos, de esos que se alimentan casi a diario con esos favores bidireccionales de los que hablaba. Y dejar todo eso en el aire, dejar a toda esa gente colgada, no es algo que se perdone fácilmente, porque es mucho lo que hay en juego y mucho lo que se pierde. Y no siempre es fácil continuar sin sobresaltos la relación especial con aquél o aquélla que sustituya al dimisionario. La naturaleza de las cosas que hay en común es a menudo tal, que no puede trasferirse a terceros como si de una letra de cambio se tratase.
No digo que sea imposible, como casi todo en esta vida, pero veo sumamente difícil que Gallardón cumpla su promesa de abandonar la política el 10 de marzo. Al tiempo.
Comentarios
A mí me parece que está pensando en formar otro partido (una especie de CDS) que sirva de bisagra, entre los dos grandes.
Y si no ¿a qué viene lo de la reflexión después del 9 de marzo, él y su gente?
SAlud y República