Buenas noticias en el Metro de Madrid

Hacía mucho tiempo que una huelga no era tan visible como la de las y los trabajadores del Metro de Madrid. Y no es ironía, no me refiero a la "visibilidad" de las basuras acumuladas en los pasillos y andenes del subterráneo. Me refiero a la visibilidad de la huelga como tal. Y además, se trata de una huelga con éxito, al menos según se desprende de esto. Una huelga así (a los resultados me remito) hace más por el empleo estable que muchas políticas de salón y de boquilla. Cualquiera que tenga ojos en la cara y quiera ver con ellos, se dará cuenta de que es posible obtener mejoras decisivas en las condiciones laborales, y que esa posibilidad se puede concretar sólo en tanto se esté dispuesto a actuar organizadamente y con la necesaria firmeza.

Los sindicatos -y esto es ya casi una novedad- han actuado de forma consecuente en apariencia, incluyendo una unidad de acción que probablemente habrá resultado clave. Fruto de ello es que setenta personas que vieron peligrar su empleo precisamente por participar en la huelga, serán readmitidos, y que habrá una equiparación salarial y unos compromisos de contratación fija que, me parece a mí, colman buena parte de los objetivos que la huelga tenía. Ahora hace falta que se instituya un comité que vele por el cumplimiento de los acuerdos (que una cosa es lo que se firma y otra, a veces, lo que se cumple).

Enhorabuena a las y los trabajadores del sector, enhorabuena al público en general y enohrabuena a aquellas personas que sean capaces de extraer consecuencias acerca de cómo hacer las cosas cuando no te dejan otro camino.