Pepe Blanco, en el tejado con una pelota en la mano
El PSOE es un partido nacido para hacer política de izquierdas. Podríamos decir que esa es su esencia y, de acuerdo con ella, todo lo que el PSOE haga en dirección a la derecha producirá crujidos en su estructura. Los giros a la derecha le cuestan al PSOE convencer a muchos de sus cuadros intermedios, a su base de afiliados y militantes y, por último, a los ciudadanos que, por simpatía o por pragmatismo, le votan. Por el contrario, los giros a la izquierda salen con facilidad, nada se quiebra en ellos, producen fluidez y sensación de bienestar.
Cuando Fernando Puras, por sí o actuando como portavoz de otros, expone un difícil argumento sobre la inviabilidad de cerrar un pacto con Nafarroa Bai y con IU en Navarra, todo es costoso, se insolenta el personal, hay rebelión. Cuando su Ejecutiva vota por unanimidad que ese acuerdo para sacar al gobierno navarro del bache de la derecha, no sólo es posible, sino que es deseable, y pide encaracidamente a la Ejecutiva Federal que no se oponga, se experimenta una sensación generalizada de alivio, un respirar hondo, una ilusión...
¿Cuál de esos sentimientos experimentarán los miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE? Si Zapatero, Pepe Blanco y sus colegas optan por mantener una incongruente apuesta por un institucionalismo sin base alguna, rechinarán los goznes de muchas puertas y el ruido que provocarán será muy grande. No creo que nadie en su sano juicio pueda pensar que desoir la petición de la Ejecutiva navarra sea algo que puede salirle gratis al PSOE el próximo año. Por el contrario, acompañar armoniosamente la decisión de los socialistas navarros tendrá efectos balsámicos.
Pepiño Blanco está subido al tejado con una pelota en la mano.
Cuando Fernando Puras, por sí o actuando como portavoz de otros, expone un difícil argumento sobre la inviabilidad de cerrar un pacto con Nafarroa Bai y con IU en Navarra, todo es costoso, se insolenta el personal, hay rebelión. Cuando su Ejecutiva vota por unanimidad que ese acuerdo para sacar al gobierno navarro del bache de la derecha, no sólo es posible, sino que es deseable, y pide encaracidamente a la Ejecutiva Federal que no se oponga, se experimenta una sensación generalizada de alivio, un respirar hondo, una ilusión...
¿Cuál de esos sentimientos experimentarán los miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE? Si Zapatero, Pepe Blanco y sus colegas optan por mantener una incongruente apuesta por un institucionalismo sin base alguna, rechinarán los goznes de muchas puertas y el ruido que provocarán será muy grande. No creo que nadie en su sano juicio pueda pensar que desoir la petición de la Ejecutiva navarra sea algo que puede salirle gratis al PSOE el próximo año. Por el contrario, acompañar armoniosamente la decisión de los socialistas navarros tendrá efectos balsámicos.
Pepiño Blanco está subido al tejado con una pelota en la mano.
Comentarios
Todo lo que no sea un pacto con Na-bai chirría, tiene usted toda la razón.
El orujo debe Usted guardármelo en el congelador, que,dado su grado alcohólico, no se hiela, y fresquito etá más rico.