Dios también quiere a los homosexuales
Demetrio Fernández, obispo de Tarazona, regaló el pasado jueves a todos los homosexuales una carta llena de amor al prójimo, de caridad cristiana... y de insoportable soberbia. La soberbia del racista que dice que también los negros pueden aprender estudiando, o la del machista que reconoce que también las mujeres pueden encender un ordenador... o la del obispo que asegura que Dios también ama a los homosexuales.
Esta teoría de que Dios ama a toda criatura viviente, independientemente de su situación y actos, tiene también la ventaja de que el cura que abusa de los niños puede sentirse reconfortado por el amor divino, y así estar en el mismo nivel respecto a Dios que un homosexual . Claro está, ya vendrá después la Iglesia a condenar al homosexual y a dejarle sin trabajo si de ellos depende, y ya vendrá también a condenar la conducta del cura, pero le seguirá dejando donde esté y hará lo indecible para que no sea condenado por la justicia laica.
Ya os daría yo amor sin límite, ya...
Esta teoría de que Dios ama a toda criatura viviente, independientemente de su situación y actos, tiene también la ventaja de que el cura que abusa de los niños puede sentirse reconfortado por el amor divino, y así estar en el mismo nivel respecto a Dios que un homosexual . Claro está, ya vendrá después la Iglesia a condenar al homosexual y a dejarle sin trabajo si de ellos depende, y ya vendrá también a condenar la conducta del cura, pero le seguirá dejando donde esté y hará lo indecible para que no sea condenado por la justicia laica.
Ya os daría yo amor sin límite, ya...
Comentarios
Por eso, casi se agradece la bondad sacrosanta de este buen obispo, que debe de tener un armario más grande que el confesionario y no sabe cómo escapar de su propia autojustificación/ arrepentimiento/ contrición / flagelación/ penitencia /triste cinismo.
Que se lo haga mirar.
UF UF UF...
saludos!
Por cierto, si barbara me traduce , yo encantado..
( qué es , esperanto???)
Con la iglesia hemos topado.
Salud y república
Cielos, qué idioma es ese, Bárbara, intrigaos nos tienes!