Olmert, el pariente paleto de Bush

Como ese familiar paleto y rico que aparece en tantas películas astracanadas del cine español de los años 60 y 70 del pasado siglo, igual de burro y carente de la más mínima discreción y sensibilidad, así parece ser este Olmert que preside el gobierno israelí y que parece dispuesto a ganar las próximas elecciones a costa de la sangre de los palestinos.

Como el mastuerzo personaje cinematográfico, Olmert hace ostentación de aquello que tiene. En lugar de mostrar, orgulloso, su coche nuevo y su traje bien caro y bien a cuadros, el mandatario israelí muestra su poder casi infinito, nada menos que el de conseguir que el presidente del país más rico de la Tierra se apresure a poner en evidencia a su ministra de Exteriores haciéndole abstenerse en la ONU a la hora de votar una resolución planteada por ella misma.

El mensaje electoral es evidente: votadme y votaréis al poderoso. Votadme y también vosotros tendréis coches caros, trajes a cuadros y más palestinos muertos. Y le van a votar. Lamento decir que la mayoría de israelíes parece desear también su cuota particular de palestinos muertos.

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